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Rufino Tejada, el valor del reciclado para darle una nueva vida útil a los residuos

La empresa ofrece desde Aranda de Duero servicio de reciclado de vehículos, chatarrería y almacén de hierros que permite abaratar mucho los costes en materias que están en óptimas condiciones

Plantel de Rufino Tejada / cadena ser

Aranda de Duero

En la actualidad, la industria del desguace y la chatarrería desempeña un papel crucial en la economía circular, contribuyendo a la reutilización de recursos y la reducción de residuos. En Aranda de Duero, Rufino Tejada es una empresa puntera dedicada a este sector. Se dedica principalmente a la recuperación, reciclaje y venta de piezas reutilizables y metales procedentes de vehículos o maquinaria en desuso, así como de residuos industriales. Estas empresas juegan un papel fundamental en la cadena de reciclaje, ya que procesan grandes volúmenes de materiales que de otra manera se convertirían en desechos.

Tres socios con ilusión

Óscar Melgosa es uno de los tres socios que gestiona Rufino Tejada y preguntado por los comienzos de la empresa explica que “hemos intentado crecer y adaptarnos porque las cosas cambian mucho tanto en el personal como en el tema del desguace. Comenzamos en 2009 Antonio, Domingo y yo, aunque ellos ya llevaban unos años. Hemos tenido que cambiar y mejorar el tema del desguace, tenemos muchísima más actividad ahora que cuando empezamos. Teníamos mucha ilusión los tres. Ha habido que invertir mucho porque cada vez la normativa es más exigente, con más con respecto al tema de los residuos”.

Rufino Tejada tiene una actividad de empresa muy diversificada que Óscar Melgosa explica: “El más conocido igual es de un desguace para reciclar correctamente vehículos que llegan al final de su vida útil. Muchas piezas están en óptimas condiciones y se pueden reutilizar con precios muy baratos. Tenemos un área de almacén de hierros para estructuras, con venta de panel sandwich para tejados, para fachadas, para utilizar en un garaje, una nave o una casa. Es un pilar muy fuerte en Rufino Tejada en el que hemos avanzado muchísimo y existe mucha demanda en nuestras instalaciones. Y finalmente para lo que surgió hace muchos años Rufino Tejada como una chatarrería al uso en la que la gente se desprende de residuos que ya no son útiles. Esos residuos que se generan, nosotros los retiramos para que sean tratados adecuadamente. Y añadiría que dentro de la chatarrería, hay gente que encuentra cosas muy interesantes que nosotros, antes de reciclar, ponemos a disposición de quienes le encuentran nuevamente uso”.

Desguace y chatarrería

En el caso del desguace de vehículos, el proceso comienza con la recepción de coches fuera de circulación o accidentados, que luego son desmantelados. Los componentes que aún tienen vida útil, como motores, transmisiones, neumáticos y partes eléctricas, son extraídos, revisados y vendidos como piezas de segunda mano. Los materiales que no pueden ser reutilizados son reciclados o vendidos como chatarra.

Por otro lado, la chatarrería se enfoca más en el reciclaje de metales, como acero, cobre y aluminio, que se recuperan de diversos objetos y son transformados en materia prima para la industria metalúrgica.

Explica Óscar Melgosa que su sector “es el único que da dinero por reciclar material, es lo inverso a lo que sucede en cualquier otro ámbito donde tienes un impuesto para poder reciclar. En el caso de la chatarrería y de los vehículos para desguace es lo contrario, Rufino Tejada paga a quien nos lleva ese material o materia prima para ser reciclada o para ser reutilizada. Es una forma para que la gente recicle correctamente y además está abonando un dinero a la vez que nosotros volvemos a dar una vida útil a esas materias. Salimos ganando todos”.

Proceso de trabajo

Recepción del material: La empresa recibe vehículos, electrodomésticos, maquinaria industrial, y otros objetos metálicos que han llegado al final de su vida útil. En el caso de los coches, deben cumplir con las normativas vigentes en materia de medio ambiente para su tratamiento.

Desmantelamiento: En el desguace, los vehículos son desarmados por completo. Las piezas reutilizables son cuidadosamente retiradas, revisadas y catalogadas. Los líquidos, como aceite y combustible, se extraen y tratan de forma adecuada para evitar su impacto ambiental.

Clasificación de materiales: Una vez que el vehículo ha sido desmantelado, los materiales restantes (metales ferrosos y no ferrosos, plásticos, vidrios, etc.) son clasificados para su posterior reciclaje o venta como chatarra.

Reciclaje: Los materiales se procesan y transforman en materia prima para la industria. El acero, por ejemplo, puede ser fundido y reutilizado en la fabricación de nuevos productos. Los metales no ferrosos, como el aluminio o el cobre, son altamente valorados y también reciclados.

Venta de piezas y materiales: Las piezas de segunda mano son vendidas a particulares o talleres mecánicos, quienes encuentran en ellas una solución económica y sostenible para reparaciones. Los metales reciclados se venden a empresas siderúrgicas o de construcción, cerrando así el ciclo de reciclaje.

Impacto ambiental. Una de las principales contribuciones de estas empresas es la reducción de la huella ambiental. Al reciclar materiales y reutilizar piezas, se disminuye la necesidad de extraer nuevos recursos naturales, lo que a su vez reduce el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.

 
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