Proceso, ventajas e inconvenientes: todo lo que implicaría la SAD para la Arandina
Ramón Terol, profesor de Derecho Administrativo y con recorrido en el mundo jurídico deportivo, explica en la SER lo que conllevaría la transformación del club que podría salir adelante el próximo lunes con el voto de los socios
Proceso, ventajas e inconvenientes: todo lo que implicaría la SAD para la Arandina
Aranda de Duero
Los socios de la Arandina votarían el próximo lunes (si la asamblea siguiera adelante) sí o no a la conversión en Sociedad Anónima Deportiva. Un paso que podría ser efectivo o no (si se recurre por Unión Arandina podría caer en saco roto) pero que sería un cambio en la historia para un club de fútbol y de socios que cambiaría su ser tras 37 años. Durante estos últimos años, esta y anteriores directivas han puesto sobre la mesa esta opción que nunca ha podido ser una realidad hasta el momento actual, cuando hay un inversor dispuesto a poner dinero (representado por un ex futbolista muy reconocido de Real Madrid y Selección Española) y cambiar la estructura de la institución. Pero, ¿qué implica ser SAD y qué procesos habría que seguir? Es lo que este miércoles pasado tratábamos en El Banquillo con Ramón Terol, profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Alicante y con amplio recorrido en el mundo jurídico deportivo.
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Diferencias de club y SAD
"Una SAD es una sociedad mercantil. Pasamos de la ausencia del ánimo de lucro -club- y desarrollar actividades con trascendencia social, a una serie de actividades cuyo objetivo final es repartirse dividendos entre los accionistas. El socio ya no es socio, es accionista, propietario de la entidad mercantil. Es una forma jurídica distinta. En una sociedad mercantil lo que se gana se reparte entre los accionistas", expresa Terol.
Qué consecuencias tendría
La transformación en SAD conlleva cambios relevantes para un club. "Una entidad sin ánimo de lucro puede recibir subvenciones. Una sociedad mercantil si lo hace, se le llama ayuda de Estado, que está prohibida, salvo que sea en pequeñas cuantías. Ya no puedes recibir tampoco la cesión gratuita de instalaciones deportivas; tienes que buscar otras fórmulas jurídicas", detalla. Por tanto, la Arandina debería negociar con el Ayuntamiento un acuerdo para entrenar y disputar partidos en las instalaciones, bien con acuerdo de patrocinio, o abonando un alquiler de las mismas.
Los procesos
El proceso de conversión no sería de un día para otro. "Hay que ir a unas Comisiones Mixtas, con gente del CSD, de la RFEF, el sindicato de jugadores... Y presentar el estado de cuentas, informe de auditoría, el acuerdo de los socios... con una propuesta de cuál puede ser el capital social mínimo, que puede ser o no favorable", indica Terol. Traducido: para ser SAD hay que cubrir una cuantía económica que puede proponer la entidad, pero que debe dictar la Comisión Mixta. Y para poderlo hacer realidad, todo el capital debe cubrirse. Ese montante se dividiría en acciones, siendo los socios del club los primeros en tener derecho a adquirirlas, y pasando después a terceros si no se hubiera cubierto el 100%. "Todo ese capital social tiene que cubrirse íntegramente. Si eso no sucede no se fragua la transformación. Y todo depende del tiempo que lleve; la legislación habla de 9 meses, pero a veces se extiende más", añade el experto en derecho.
"Sé de casos que se ha intentado muchas veces pero no se ha cubierto. Cuando no estás en competición profesional es más complejo, porque la obtención de ingresos es mucho más reducida -entradas, patrocinios, y acuerdos varios-. Entiendo que quien lo promueve tiene un proyecto empresarial detrás. Las vías de obtención de ingresos son taquilla, cuotas de abonados y patrocinadores. Fuera de esto hay que echarle imaginación. Un club no profesional implica mucha labor para cuadrar cuentas, cuando no hay ingresos regulares que te sirvan para estabilizarte", aporta Ramón, que recuerda que en caso de llenarse de deudas, "entras en concurso de acreedores y liquidación; es decir, desaparición", porque "es más fácil desaparecer siendo sociedad mercantil que un club".
Cambio de funciones
La Arandina nada tendría que ver en la parte estructural. En vez de presidente, habría director general. Tampoco junta directiva, sino Consejo de Administración. No habría asamblea de socios, sino de accionistas. Y los 'clientes', serían los abonados, quienes adquirirían el carnet para tener derecho a ir al fútbol. "Las dificultades son importantes porque accedes a un mercado en el que no tienes rentabilidad. Pero es una opción de profesionalización", sentencia Terol.
Por último, también es importante reseñar que en caso de que el propietario del club quisiera cambiar su localización o cambiar su nombre, podría hacerlo. De ahí la valoración de Unión Arandina de que la Arandina dejaría de ser de los arandinos.
La entrevista al completo puede reproducirse en el audio superior.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en...