Unión Arandina se presenta como alternativa para dirigir el club y pide a la actual directiva transparencia y paralizar la asamblea

Aranda de Duero

Padres de jóvenes futbolistas que se ven sin equipación, y en algunos casos sin ficha-. Un capitán histórico como Zazu con 10 temporadas a sus espaldas. Y un sentimiento de pesar por sentir que el club de su vida y su ciudad puede tomar un rumbo peor a futuro. Son los perfiles que representan a David Pomar, Elena Martín y Zazu, las tres cabezas visibles de un proyecto denominado Unión Arandina que se ha presentado en la tarde de este miércoles oficialmente y que, además de confirmar su intención de presentarse a las elecciones que el club ribereño debiera celebrar en este 2024, buscan evitar la posibilidad de que la Arandina deje de ser de Aranda y de los arandinos.

Solo son tres perfiles de los 18 que ahora mismo conforman este grupo, en todo caso, abierto a nuevas manos y a quienes quieran colaborar. En todo caso, personas que quieren al club, y que entienden que ha llegado a una situación límite. Una situación que les llevó el pasado viernes a registrar una denuncia por lo penal -que creen puede tener recorrido- ante la falta de opacidad del club, el no conocimiento de la situación económica del mismo (desde los ingresos en Copa del Rey, hasta el dinero que los propios padres de la cantera han invertido en sus hijos), e incluso las coacciones y amenazas que lamentan haber sufrido en estos meses anteriores. "Nacemos con el espíritu de ser arandinos y creemos que no es el momento para que el club se convierta en una SAD. No tenemos nada con la gente de la directiva. Nos hemos visto obligados a actuar así por la falta de transparencia y la opacidad existente. Se está jugando con la ilusión de nuestros hijos, y lo único que ofrecemos es una alternativa, y abrimos la mano a todo el que quiera colaborar. Solo queremos que se esclarezcan las cosas. Y contamos con un grupo de personas con conocimientos y experiencias para llevar a la Arandina donde se merece", aseguraban.

Suspensión de la asamblea y advertencia a los socios

Pomar, como representante jurídico -más allá de padre de varios canteranos- ha pedido a la actual directiva del club que no lleve a cabo la asamblea prevista para el 21 de octubre. "Se ha convocado una asamblea. Una asamblea que debió haberse realizado en 2023. Se nos ha limitado a ostentar la posibilidad de ser socios en contra de lo que dicen los propios estatutos, la posibilidad de votar. Entendemos que concurren irregularidades para que judicialmente se interrumpa esa asamblea, e igualmente ponemos en conocimiento que si se llega a celebrar, se impugnará por la limitación de condición de socios, además de la posible conversión en SAD", esgrimía.

La falta de transparencia del club también incurre, por ejemplo, en no conocer el número de socios que actualmente comprenden la Arandina, así como haber distinguido desde hace algún año la figura del socio de la del abonado. "No encontramos cuentas, la lista de socios...", enumeraba Pomar, quien advertía a toda la masa social de la Arandina. "Antes de abordar una conversión en SAD se van a aprobar unas cuentas generales de los partidos de Copa del Rey. Queremos advertir que, desde el punto de vista legal, si esos socios votan a favor de la aprobación de esas cuentas, la Junta Directiva se va a eximir de responsabilidades y la asumirán los propios socios", advierte.

La petición de Unión Arandina pasa por la convocatoria de elecciones, y que sean todos los socios reales quienes puedan ejercer ese derecho al voto que debiera llevarse a cabo en 2024, máxime cuando hay una alternativa y gente dispuesta a dar continuidad y vida al proyecto del fútbol en la ciudad.

"Están jugando con la ilusión de nuestros hijos"

Elena Martín acudía a esta convocatoria como representante de los padres y madres del club. "Llevo muchos años en la Arandina con los niños. Cada año íbamos a peor, pero este lo de este año... A mí esto me ha tocado mucho porque están jugando con la ilusión de los niños, de los padres. Y lo fácil sería irse a otro equipo. Pero no es eso. Porque nosotros queremos luchar por lo que nos gusta, que es la Arandina. Y la única forma de hacerlo es desde dentro. No puede ser que paguemos camisetas para jugar en junio, y nos las entreguen en marzo. Salimos a jugar fuera y cada uno lleva la camiseta con una publicidad. Los niños se dan cuenta de que no estamos en buena situación, y ya no te cuento que haya niños que no puedan jugar porque no hay ficha tramitada. Hemos propuesto ayudar. Hemos vendido camisetas, rifas, bufandas... Hemos colaborado. Pero llega un momento que ya no puede ser. Antes de que jueguen con la ilusión de nuestros hijos, nos levantamos, damos la cara, y tiramos para adelante. La Arandina no es la junta directiva, es un club con historia", aseguraba.

A este testimonio emocional se sumaba el del propio David, ya hablando en condición de padre. "Lo fácil para nosotros sería llevarlos al Riber. Pero es que yo tengo un hijo que tiene el edredón de la Arandina, unas cortinas con el escudo de la Arandina. Es que se rompe la ilusión de nuestros hijos. Y no entiendo cómo como patrocinador o empresario puedo patrocinar al Riber, al Villa de Aranda, al pádel... Pero no se me permite patrocinar al equipo en el que juegan mis hijos... ¿Qué es lo que está pasando? Eso es lo que nos preguntamos. El movimiento ha sido paulatino. Hemos intentado entrar dentro y no nos han dejado. Queremos que vuelva el espíritu de Aranda, que los jugadores de aquí no se tengan que ir al Almazán, que haya entrenadores relativamente profesionales en el fútbol base. Están jugando con dinero público; la subvención del Ayuntamiento no es para el primer equipo, sino para fomentar el deporte de cantera", esgrimía.

"Si vienen y no ganan dinero con la SAD, se irán

El tercero en discordia, el gran capitán. Zazu repasaba cómo hace meses ya un grupo de personas se ponían en contacto con él con esta idea. "Desde entonces, solo he visto entrar a gente y más gente", relata el de Zazuar, que ha explicado la complejidad de la SAD y lo que conlleva al vivir en sus carnes clubes de este estilo. "Mi experiencia no ha sido buena. Es gente que viene a hacer negocio. Vendrán a poner dinero, y si ven que no da resultados, lo dejarán, y todo el nombre de la Arandina y su historia desaparecerá. En estas categorías la SAD no es viable con pozos de ligas donde se tira dinero y no se gana. No vemos viabilidad, y queremos que la Arandina sea de los socios. Hay que recuperar esa masa social que hemos tenido durante años", concluía, reflejando la importancia de que la Arandina sea de Aranda, y de los arandinos. Como lo ha sido hasta ahora, al menos.