La Ventana de León
Opinión

Las lagunas de la salud mental

Ángel Santiago Ramos

León

María, 52 años, licenciada en Ciencias Biológicas, hija única, hacía unos años que compaginaba su vida laboral con la prestación de ayudas que requería su padre, ya mayor, y viudo desde hacía un tiempo. Por lo demás, su vida transcurría con aparente normalidad a pesar de algún achaque que de tanto en vez le provocaba una débil salud mental.

El fallecimiento de su progenitor rompió su ya menguada cuerda de estabilidad emocional y entró en el túnel de espera de meses hasta obtener una cita en los servicios de Salud Mental de la Atención Primaria de León. A pesar esa ayuda profesional, siempre escasa en medios, el verano se le fue haciendo un largo invierno.

No había mediado el mes de agosto del presente año, cuando María acudía angustiada y necesitada a la cita médica programada. No preveía que ese maldito día la consulta se cancelaría por falta de especialista. La plantilla de este servicio sanitario es tan escasa que no tienen previsión ni capacidad para todas las sustituciones por vacaciones o bajas del personal.

María no encontró otra alternativa a su estado que ascender a la planta superior del centro y buscar la paz a través de una ventana. Con ella fueron 4 los suicidios en Leónen apenas dos semanas.

Cualquier parecido de este relato con la realidad no es pura coincidencia.

De carrerilla, los datos que relacionan sanidad pública y salud mental en España y en nuestro entorno son alarmantes. En 2023 hubo más 4000 suicidios, 46 de ellos en nuestra provincia. Es la primera causa de muerte en nuestro país en jóvenes entre 12 y 29 años. Por cada 100.000 habitantes, en España hay tan solo 5 psicólogos en salud pública, menos de un tercio de los existentes en países europeos desarrollados.

En nuestra autonomía el cuidado de la salud corresponde al gobierno de la Junta. También la salud mental de los más pequeños. Pero no lo hacen. La cifra de psicólogos clínicos infanto-juveniles es este territorio es de dos por cada cien mil.

Si no ponen remedio seguiremos padeciendo una tragedia tras otra y otra.