Errejón

León

La berrea de Errejón ha dejado tiritando a la izquierda de la izquierda y, conociendo el paño de la pureza, no sería extraño que estuviéramos ante el principio del fin de Yoli y su proyecto sumatorio.

Más allá de las impresentables felonías del mentado, el episodio deja algunas derivadas de interés. A saber: Una. El espíritu cainita de la izquierda, que ha pasado a desollarse como si no hubiera un mañana, tratando de cobrar deudas antiguas y de ganar parcelas de poder donde es muy probable que solo quede un erial. Dos : la ingenuidad casi infantil de algunos feminismos que descuben ahora la semilla de la violencia y el acoso machista en sus propios varones …….y mujeres. Tres : El asunto pone, de nuevo, sobre el mapa la profundidad de la cultura del acoso, del abuso y de la misoginia. Algo que no se combate desde los eslóganes , sino desde la educación ,en todos sus niveles. Pero eso lleva tiempo y no vende.

Cuatro: la hipocresía de la derecha que pide explicaciones y levanta el dedo acusador, mientras barre sus montañas de basura machirula bajo la alfombra. Los disparos contra Yolanda Diaz lo son en realidad contra Sánchez porque saben que no hay gobierno progre si amputamos la pata de los rogelios. Aunque , igual no hace falta tanta saña. Porque quien mejor puede hacer esa cirugía son los doctores de Vistalegre y asimilados.