Arranca el juicio por abusos sexuales a seis niñas por parte de un empresario de Zamora

Zamora

Este lunes ha arrancado el juicio al empresario de Villaralbo, de iniciales P.F.R., acusado de agredir sexualmente a seis menores, entre 11 y 14 años, amigas de sus dos hijas entre el año 2017 y el año 2022. El acusado, un conocido industrial zamorano, lleva en prisión provisional desde febrero de 2022 debido al posible riesgo de fuga ante las elevadas penas de prisión a las que se enfrenta. La Fiscalía reclama 54 años de cárcel por los hechos tan graves de los que se le acusan y las acusaciones particulares suben esa demanda hasta los 69 años de prisión. El hombre habría aprovechado la estrecha relación con las familias de las víctimas para abusar de forma reiterada de las menores durante las fiestas de pijamas que celebraban sus hijas en su casa, así como de los viajes familiares que celebraba con socios y amigos, donde se servía de la confianza de las niñas y sus padres para llevar a cabo tocamientos e, incluso, llegar a la penetración, según ha relatado esta mañana una de las testigos y supuesta víctima del empresario.

El tribunal de la Audiencia Provincial ha estimado que el juicio comience con las declaraciones de las víctimas, ahora todas ellas mayores de edad salvo una. Precisamente, la joven de 17 años ha sido la primera en prestar testimonio. Lo ha hecho detrás de un biombo para preservar su intimidad al ser una audiencia pública y, también, evitar que se enfrentase cara a cara con su posible agresor. Los hechos relatados por la menor se remontan a 2018, cuando tenía 11 años, y, según su declaración, comenzaron los episodios de agresiones y abusos sexuales. Valiéndose de un entorno de confianza, en el que el acusado hacía casi las veces de segundo padre de la menor debido a que esta era la hija de uno de sus socios más estrechos y amiga íntima de una de sus hijas, este aprovechaba para manosear a las menores, tocándoles en el culo o buscando besarlas en los labios. Sin embargo, esta actitud fue a más, siempre con la misma excusa: ofrecerse a darle un masaje a las jóvenes.

En el testimonio que los magistrados de la Audicencia han escuchado este lunes, la joven, ahora de 17 años, ha declarado que el primer episodio de mayor gravedad se remontó a 2019, con 12 años, cuando el hombre la subió a su dormitorio para darle un masaje mientras una de sus hijas estaba dormida en esa misma cama, fue entonces cuando del masaje pasó a los tocamientos por la zona del pecho y llegó a tocarle la vagina. La joven, confusa y sin entender lo que ocurría, pero sintiéndose muy incómoda en todo momento, llegó a contárselo a una de las hijas del empresario encausado, de edad similar, diciéndole esta que no se quedase a solas con su padre nunca más.

Pero la situación fue a más y los casos de abusos se habrían repetido a lo largo del tiempo, no siendo denunciados por la menor al darle vergüenza, no ser consciente del todo de lo que estaba ocurriendo y, sobre todo, porque sentía que sus padres no al iban a creer. En el testimonio ofrecido por la menor esta explica que la actitud inapropiada era recurrente por parte del posible agresor sexual y que se extendía al resto de grupos de amigas. Hasta seis han sido las denunciantes. El empresario colmaba de regalos y dinero a las jóvenes, pero siempre bajo la obligación de que le volvieran a visitar. En esta primera declaración que ha escuchado el tribunal esta mañana, la menor afectada explicó que los hechos se repitieron año a año desde el año 2018 hasta el 2022, llegando a servirse de la mano de ella para masturbarse, eyacular encima de ella, y, finalmente, penetrarla vaginalmente en un viaje familiar a la playa. La propia testigo aseveró que llegó a temer quedarse a solas con él y que el momento que decidió denunciarlo surgió a raíz de un episodio de maltrato animal, en el que el encausado habría pegado una paliza al perro de su hija en presencia de esta, su otra hija y la menor que denuncia agresión sexual. Fue entonces cuando, tras hablarlo con una de las hijas del supuesto agresor, decidió contárselo a su madre y se cursó la denuncia. Una denuncia a la que se sumaron las de los padres de otras cinco menores, todas ellas pertenecientes al mismo grupo de amigas, y que habrían sido agredidas bajo el mismo 'modus operandi', valiéndose de la confianza que las familias de estas tenían en el empresario y en el dominio que ejercía sobre las niñas debido a su corta edad.