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“Nuestros hijos tienen que ponerse el número de la camiseta con cinta aislante, o pedirlo prestado al otro equipo”

La madre de un jugador de la cantera de la Arandina expresa a corazón abierto el abandono de la Arandina a entrenadores y jugadores de las categorías inferiores

Categorías inferiores / cadena ser

Aranda de Duero

A la redacción de la SER ha llegado una carta. No es anónima. Es la de una madre, perfectamente identificada, que ve cómo sus hijos sufren la dejadez de una Arandina irreconocible. Podría ser un escrito realizado por cualquier padre o madre, de los muchos que asisten atónitos a una sucesión de acontecimientos que evidencia la decadencia de las categorías inferiores del club blanquiazul. Una Arandina que, durante décadas, ha sido un referente en su trabajo con las categorías inferiores a las que actualmente, desde el club, se desprecia.

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Lo duro del relato es que no afecta al primer equipo, que sería inaceptable. Es la descripción de cómo niños pequeños han sido abandonados a su suerte y están siendo ‘tutelados’ por entrenadores que no están recibiendo mejor trato y que tratan de suplir, con recursos propios, las enormes carencias de muchos equipos y muchos jugadores que, con cierto sentimiento de vergüenza, tienen que dibujar “sus dorsales con cinta aislante” o “tienen agua para beber porque los propios entrenadores la aportan”.

Una madre rota por ver cómo se diluye la ilusión de unos pequeños por jugar al fútbol y quizá el sentimiento de orgullo de comprobar cómo sus padres, se han echado el mundo por montera, y se revelan por decenas, o cientos, para denunciar a una Junta Directiva por abandono.

La carta íntegra que ha llegado a la SER es la que a continuación se muestra.

Carta abierta de una madre

¿Cómo empiezo esta carta que quiero escribir, o mejor dicho que necesito escribir? ¿Qué me está pasando, qué nos está pasando??, Lo que antes me ilusionaba ahora me preocupa, y no lo acepto, quiero seguir con la ilusión de antaño, y no hablo de mi ilusión hablo de la de mis niños, de la de todos los niños.

Aquí la capitana de este equipo, de mi familia, al habla, intentando contar cómo se vive en una casa de futboleros. Es muy exagerado decir que mi vida es el fútbol, porque no es cierto, pero ocupa una gran parte y por ello quiero escribir, dibujar, plasmar, contar lo que me pasa, lo que nos pasa.

Con los ojos vidriosos, recuerdo a mi pequeño entrar en El Montecillo, cuando el balón era más grande que él; les hicieron una pequeña entrevista en la tele y le preguntaron que de qué le gustaba jugar y decía: “de portero y de jugador”, ¿y en qué posición? “en el campo” – decía él. Bendita inocencia ¡¡¡; un poquito más mayores ya se duchaban en las instalaciones, les gustaba sentirse “futbolistas”; pero todavía eran pequeñitos, les poníamos el pijama después de la ducha.

Muchos de los que me lean o escuchen tendrán los ojos vidriosos como yo. ¡¡Cuántas fotos, cuántos videos, cuántas anécdotas ¡¡¡¡¡, los niños jugando, ganando y perdiendo, contentos, y los padres más todavía, qué bien lo pasamos, qué bien comemos y almorzamos, sobre todo gracias a quien todos sabemos por todo lo que nos endulza la vida. ¡Qué grandes amigos me ha dado el fútbol, me ha dado la Arandina, sí, porque la Arandina es nuestra, es de todos.! . Somos una familia y estamos muy unidos, en lo bueno y en lo malo.

Y hasta aquí todo normal, la madre nostálgica de los bebés que se hacen mayores, pero también nostálgica de otros tiempos, donde en mi equipo se respiraba más tranquilidad, y donde no vi la necesidad de hacer nada más que dejarme llevar y disfrutar del momento, hablar de con quién jugamos este fin de semana, ver la aplicación a ver cuántos goles hemos marcado, a ver si conseguimos ganar al Burgos - Empresa difícil pero no imposible- … ya veis, estoy hablando en plural, porque en mi equipo jugamos todos, todos marcamos goles, y todos queremos ganar, pero si no lo hacemos, aprendemos a perder.

Y de la nostalgia, me toca pasar a la acción, y tengo tantas preguntas y reproches, que me enervan, me enfadan y me angustian. ¿Por qué están tratando así a los entrenadores, y delegados de los equipos del futbol base de la Arandina?, sin ellos, esto no tiene sentido ni futuro, solo puedo transmitir mi agradecimiento a todos y cada uno de ellos. ¡Tengo que ayudar, y tengo que colaborar, porque sin ellos, mis niños tampoco estarán!

Y ¿Por qué empezamos las temporadas con un nudo en la garganta, a ver si conseguimos llegar a los partidos con las fichas de los niños en orden, que no tengamos que estar mendigando jugadores para completar el equipo? ¿De verdad, que en un club como Arandina C.F. pase esto? Y ¿Por qué no podemos ser como los demás, tener las camisetas necesarias para poder jugar, sin utilizar cinta aislante para los números, o recorrerse todos los equipos a ver quién te deja ese número que no está repetido? Y ¿Por qué no hay botiquín, ni petos, ni material … bueno sí hay, gracias a estos maravillosos entrenadores, a los que tan mal se les trata, y son ellos los que también tienen que aportar agua a los partidos para ellos y para el quipo rival… y…no sé cuantas cosas más.

Y entonces… llega el momento del cambio, cambio en mi vida de fútbol, ahora me toca hablar con mis niños de los partidos, de los goles, de los viajes, pero también de que las cosas que no están bien en el club, y que ellos no se merecen esto, y tiene que volver esa ilusión. Su padre y yo lucharemos para que así sea. Su padre, sí, al que tanto tenemos que agradecer porque yo me pongo de capitana pero él es el verdadero héroe, haciendo el trabajo “sucio” día a día para que sus niños puedan jugar a lo que han elegido y que de momento sigue siendo el juego de su vida.

Estas palabras de mi equipo, son las palabras de muchos equipos, de muchas familias, de muchos padres y madres que están como yo. Lo sé, porque ellos son mis amigos, y estamos juntos en esta lucha; en la lucha de salvar lo que es nuestro y conseguir que la Arandina vuelva a ser lo que era, un maravilloso club, con sus problemas por su puesto, pero con esas grandes fortalezas e importantes cualidades que son el orgullo de la Ribera…. Que se vuelva a oír ese canto tan nuestro… hay un equipo en la Villa que brilla con esplendor, blanco y azul esos son nuestros colores…

Nos están poniendo muchas piedras en el camino pero todavía podemos saltarlas, o rodearlas, lo que haga falta, y mi última pregunta… ¿Qué les empujará a atacar de esta forma a algo tan valioso como es la ilusión de los niños, de decenas de niños?

Añoro el día en el que solo hablemos del fútbol de los niños, de la Gran cantera que tiene la Arandina. Y ese día llegará.

AUPA ARANDINA¡¡¡¡¡¡

 
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