El acusado de haber violado a seis niñas afirma que todo es un complot con motivaciones económicas
El empresario de Villaralbo confiesa que les daba masajes recurrentemente, pero niega que ello diera paso a abusos sexuales
Zamora
Este viernes se ha celebrado la cuarta y última jornada del juicio al empresario de Villaralbo acusado de haber violado a seis menores, amigas de sus hijas, entre los año 2017 y 2022, cuando estas tenían entre 11 y 15 años. La Fiscalía pide 54 años de cárcel y la acusación eleva a 94 años la petición de prisión. Durante esta semana en la Audiencia Provincial de Zamora se han relatado los hechos que se le atribuyen al hombre de 52 años, los cuales consistirían en abusos sexuales de muy diversa índole, llegando a la penetración en el caso de dos de las menores. Desde este lunes hemos escuchado los testimonios de las jóvenes, todas mayores de edad salvo una, los de sus madres y, también, el de los peritos y testigos expertos. Hoy, finalmente, le ha tocado el turno al supuesto pederasta, de iniciales P.F.R, quien en su declaración ha negado todas las acusaciones, llegando incluso a deslizar que todo se trata de un complot cuyas motivaciones serían pecuniarias y de venganza.
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Móviles que ya había defendido el acusado durante la primera declaración que le tomó la Policía Nacional cuando comenzó el caso en febrero de 2022, fecha desde la que se encuentra en prisión provisional por el alto riesgo de fuga que existe. En el interrogatorio, el Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares han hecho un repaso pormenorizado a los hechos relatados por las menores, las cuales denuncian abusos y agresiones sexuales de forma reiterada durante, al menos, cinco años y que estos se producían aprovechando que el acusado contaba con la plena confianza de los progenitores de las supuestas víctimas, rozando casi la relación familiar con algunas de las menores y sus padres. Uno de los puntos que centró las preguntas de la Fiscalía y la acusación fueron los masajes que el supuesto pederasta ofrecía a las menores como excusa para acceder a ellas y realizarles tocamientos e, incluso, llegar a la penetración o la masturbación.
Masajes asiduos
Masajes que el acusado confesó haber hecho a cinco de las seis denunciantes, aunque negando que estos tuvieran ninguna connotación sexual o se hubieran materializado en violaciones. De hecho, el empresario afirma que era habitual que este ofreciese masajes a las menores, incluso en presencia de sus padres, y que todos se realizaron en ambientes diáfanos y con acceso de terceras personas.
Declaraciones contradictorias, ya que también asumió que muchos de estos masajes se realizaron en su dormitorio, pero aduce que fueron en presencia de sus hijas, las cuales habrían estado despiertas y no dormidas, como sostienen las denunciantes. En este mismo sentido, el acusado afirma que eran las jóvenes las que le referían molestias para que él la masajeara. Precisamente, estos masajes, que las jóvenes denuncian como antesala de las violaciones, se realizaron en muchos casos en las fiestas de pijamas que celebraban sus hijas junto a sus amigas en la casa del imputado. Aquí también incurrió en algunas contradicciones, ya que primero aseveró que apenas si se realizaban dos o tres fiestas en su domicilio durante las fechas en las que se habrían producido las violaciones, recordamos de 2017 a 2022, para luego testificar que por su casa habrían pasado hasta 80 niñas, ya que todas las amigas de sus dos hijas, de todos los ciclos educativos que cursaron en esas fechas, iban a su casa a celebrar fiestas con normalidad. Un testimonio en el que el acusado se apoyó para lanzar la pregunta retórica de que por qué su habían acudido cerca de un centenar de niñas a esas fiestas de pijama, sólo denunciaban seis pertenecientes al mismo grupo de amigas. Este, el de que la denuncia radica en el grupo de amigas más cercano, sería otro de los móviles en los que pivotaría su testimonio y defensa.
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Y es que la defensa considera que los testimonios de las niñas presentan claros indicios de inverosimilitud -al contrario de lo que defienden los peritos que declararon el miércoles- porque describen episodios de abusos que se habrían producido en escenarios abiertos, habitaciones con acceso a tercero y en presencia de otras niñas, las hijas del acusado y hasta los padres de algunas de las denunciantes. Es más, el empresario, para el que la Fiscalía reclama 54 años de prisión, afirma que una de las denunciantes habría contado a sus hijas y a otras amigas que él la habría violado en presencia de su padre, mientras este se masturbaba. Un punto al que volvió una y otra vez en su testificación para intentar desacreditar la postura de las jóvenes, que cree que actúan motivadas por un deseo de venganza.
Venganza que, a su juico, responde a dos motivaciones: una, que el padre de una de ellas es su socio y perseguiría arrebatarle el poder sobre sus empresas; y dos, que otra de las denunciantes le culpa por haber perdido la relación de amistad con una de sus hijas. Sin embargo, la acusación quiso destacar que sólo los progenitores de una de las jóvenes tienen negocios con el acusado y que el resto de posibles víctimas no habrían perdido la amistad con sus hijas, las cuales no se han presentado como acusación y víctimas de abusos, pero no han vuelto a tener contacto con el acusado desde que los hechos salieron a la luz.
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Por otro lado, el acusado negó de forma reiterada haber tocado a las niñas más allá de masajes por encima de la ropa, pero sí confesó que vestía sólo con ropa interior y una camiseta cuando sus hijas hacían fiestas de pijamas con otras menores y que respondía de forma asidua al Instagram de las menores con emoticonos de corazones y similares.
Hubo tiempo también para que el empresario pudiese contestar al informe pericial solicitado por su exmujer durante el proceso de divorcio en el año 2011 y en el que una psicóloga acreditaba abusos sexuales a una de las hijas de este cuando tenía seis años. A este respecto el acusado señaló que había otro informe perito que decía lo contrario presentado por él. Ni el juez de aquel divorcio ni el presidente del tribunal de este caso, Antonio Vega Bravo, por cierto procedente de la Audiencia de Salamanca al haber sido acusados los magistrados de la Audiencia de Zamora por conocer el caso desde el principio, consideraron dar validez sobre ese informe. Se espera que el juicio se alargue durante la tarde de hoy, en el que los letrados presentarán sus conclusiones y quede visto para sentencia. Una sentencia, recordamos, que podría alcanzar los 54 años de cárcel que reclama el Ministerio Fiscal por un delito de abusos sexuales reiterados a menores de entre 11 y 15 años durante, al menos, cinco años. El juicio ha quedado visto para sentencia.