Feijoo y los amigos
La opinión de Ángel Santiago Ramos (14/11/2024)
León
Aunque mi compromiso es el de opinar sobre asuntos cercanos, déjenme hacer una excepción ante la gravedad de lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en el Mediterráneo peninsular. Más de doscientos muertos, decenas de hogares y empresas destruidas. Vidas rotas de los supervivientes a una tragedia que, por la negligencia de algunos dirigentes políticos, y digo algunos, no debiera haber sido del tamaño que hoy conocemos.
Tiempo habrá de que los tribunales y los ciudadanos, ojalá, sepan hacer justicia cuando tengan la oportunidad de aplicar las leyes, unos, y de elegir bien a sus dirigentes, los segundos.
Le memoria de la hemeroteca no pone duda alguna de cuál es la posición de las actuales derechas españolas respecto al cambio climático. Entre las múltiples coincidencias ideológicas entre PP y VOX está la de calificar de “dogmatismo ambiental” a cuantas corrientes científicas y políticas nos hablen de que la humanidad está ante una grave crisis ambiental.
Mariano Rajoy citó a su primo biólogo para hacernos dudar de que la crisis del clima no era para tanto. José María Aznar y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, van más allá y sin rubor alguno hablan de que la emergencia climática “es una gran estafa, un nuevo comunismo”.
Pero cuando hay que hablar de la gestión, cuando se desatan todos los demonios y llegan a la ciudad las crecidas y alocadas aguas de los ríos, a la mayoría de los dirigentes populares los encuentran sin recursos, o durmiendo, o sin cobertura, o almorzando en un reservado ajeno a la hecatombe. Hasta el mismo presidente Carlos Mazón, en la misma honda de los compañeros de ya citados, ni siquiera modificó una sola coma de su agenda el pasado 29 de octubre. Ello, a pesar de los múltiples avisos recibidos de las autoridades climáticas e hidrológicas.
El pasado fin de semana dos concejales de VOX, del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia, se fueron de viaje romántico a la bonita localidad de Morella, en lugar de ayudar en las tareas de recuperación.
Nuñez Feijóo ha escapado más lejos que la citada pareja de VOX. Este gallego, que ni sube ni baja en esto de la “dictadura climática”, como él gusta de decir, ha elegido Bruselas para tratar de salvar a su partido de una de las mayores vergüenzas de las últimas décadas.
Que Dios y las trampas los amparen, porque los supervivientes y las ruinas no creo que lo puedan olvidar.