Los Voluntarios de la Desafío Urbión: premio a la Generosidad
Las cientos de vecinos de la comarca de Pinares que desinteresadamente aportan cuanto tienen hacen más grande la competición y pelean así por su tierra
Soria
¿Alguna vez se han preguntado qué sería de muchos eventos deportivos modestos sin los voluntarios? Con poco presupuesto para contratar a profesionales o a trabajadores que puedan cumplir con las labores de organización, logística, preparativos, etcétera, muchos campeonatos se ven en la necesidad de contar con esas personas que gratuitamente donan su tiempo y su esfuerzo.
Y un grandioso ejemplo lo tenemos con la Desafío Urbión. La carrera de montaña nacida hace once años en la comarca de Pinares y que, recientemente, ha sido sede de los mundiales de Sky Running, tiene a sus cuatro cabezas más visibles al frente (Andrés Cámara, Javier Giménez, Vidal Herrero y Pakito Alonso), pero indispensable es la aportación de cientos de voluntarios en las diez ediciones que se han celebrado.
Sin necesidad de ser románticos sino literalmente claros, los voluntarios son ‘el alma’ de la Desafío Urbión. La GENEROSIDAD de la que hacen gala en cualquiera de los días en torno a cada edición, ya sea en los previos, con los preparativos necesarios, la organización del material, el avituallamiento o la señalización; en el mismo día de la carrera, pendientes de todos y cada uno de los participantes, que, y no es por quedar bien, todos se marchan diciendo que han sido felices por lo bien que se les ha tratado; y evidentemente después de la carrera cuando hay que recoger toda la infraestructura necesaria para que cada Desafío Urbión sea, como viene siendo habitual, un rotundo éxito.
Hombres y mujeres, de todas las edades, , de todos los estatus sociales y no sólo de Covaleda, localidad epicentro de la Desafío Urbión, sino de pueblos cercanos, como Duruelo de la Sierra, Vinuesa, Molinos de Duero, Salduero, Navaleno, San Leonardo de Yagüe... Por que creen en su comarca, en lo que hacen y por eso siempre están ahí, es su forma de luchar por el futuro de su tierra, de su comarca. Es el espíritu de lucha por su comarca y a pesar de ser muchos de ellos ya jubilados, con la vida resuelta, se niegan a conformarse con un futuro incierto y luchan por sacar adelante una tierra cargada de oportunidades creyendo en lo que desde Desafío Urbión se les propone, aportando soluciones a los problemas y sobre todo mucha ilusión.
Ahí no hay ninguna clase de distingos, todos aportan su granito de arena como en la medida de sus posibilidades, de sus fuerzas, de sus aptitudes, de sus capacidades o de su tiempo. Todo a cambio, como quien dice, de un bocata y una camiseta. Más que suficiente para saberse útiles y querer ser parte de un gran evento año tras año, y no sólo para la Desafío Urbión, para la BTT Urbión y para todo lo que se organiza, siempre están ahí. Sin ellos la ‘locura’ de la Desafío Urbión no sería posible, se atreven a soñar y hay veces que los sueños se cumplen.