Rufo Criado: el arte desde Aranda de Duero hacia el mundo
El reconocido pintor ribereño relata sus muchas experiencias vitales en su recuerdo por la memoria
Rufo Criado: el arte desde Aranda de Duero hacia el mundo
Aranda de Duero
El primer cuadro que recuerda haber pintado Rufo Criado, aunque no era como idea de cuadro, fue copiando calendarios. Fueron los primeros 'pinitos' de un autor 'made in' Aranda de Duero -y con orígenes en Castrillo- que desde aquel 1952 se encargó de poner a su ciudad en el mapa. "El dibujo siempre se me había dado muy bien, me gustaba. Y yo decidí comprarme cuatro colores y por el 64 empecé. El encuentro con obras de carácter geométrico fue comenzó por el 72-73, en mi estancia en Madrid. Trabajaba por las mañanas, y por las tardes pintaba. Llego a la Puerta del Sol, y en la calle Arenal había una galería de arte, que era la primera vez que lo veía. A los tres meses, yo ya había descubierto otra galería con los pintores más reconocidos. A veces los caminos se van descubriendo", explica.
Más información
Raíces e inicios
Pero las raíces de Criado estaban lejos de pinceles. "Tengo recuerdos de los sesenta, frente a las Francesas, con unas charcas y unas ranitas que eran de unos 5 centímetros. También como experiencia artística antes de empezar a pintar, que era recortar de periódicos o suplementos un trozo de una foto y lo ibas a enterrar poniendo un trozo de vidrio verde que hacía de transparente y la enterrabas", detalla alguien que recuerda una vida de calle, y que estudió en Zaragoza. A los 17-18 años se volvió. "Fue una decisión difícil porque la sensación es que hubiera vivido en un invernadero y de repente salir a la realidad. En la oficina de un constructor de Aranda conseguí un amigo que me recomendó. Mientras me preparaba para la banca, apruebo oposiciones en Madrid, y ahí descubro lo que era la vivencia en época de Franco", añade.
Otros pasos en el camino
Rufo tenía claro. "Cuando yo dejo los Escolapios era para dedicarme a la pintura. Con 17-18 años lo tenía claro. En el año 80 recuerdo una de las primeras exposiciones, que hice con Néstor. Vivir de la pintura requiere unos costes, de estudio y viajes que la primera aspiración es cubrir, y luego generar un salario", explica el también Cofundador del colectivo de acción artística y espacio alternativo A Ua Crag. "No nace por lo artístico únicamente, porque también estábamos en contacto con la biblioteca. De lo que podía haber sido museo de arte contemporáneo, se consigue que haya 15 obras físicas, y donábamos sin compensación obras que se guardaron en las Francesas, y esas obras que estaban grapadas a unos paneles de aglomerado, las arrancaron. Solo se salvaron dos, los que están en la planta baja de la Casa de Cultura", explica. También llegó el momento del CAB de Burgos, del fue el principal artífice. No solo dirigió el museo, sino que realizó la programación con exposiciones de artistas de reconocido prestigio.
Expresión artística
Lo que sucede en el mundo afecta al artista a la hora de expresarse. "Cada uno muestra su discurso, emociones y sensaciones, de la forma que él cree que debe hacer. Hay anverso y reverso en mi mano. Yo estoy entre lo racional y lo intuitivo. Lo fundamental es mente abierta, pero informada. Porque la pintura es un lenguaje o un idioma, que o lo sabes o no lo sabes. Un cuadro tiene un lenguaje", refleja.
La lista de exposiciones a lo largo del mundo y sus muchos cuadros ha dejado grandes alegrías. "Se me vienen a la cabeza dos artistas que por edad ya han fallecido, Juan Barjola, que con sus más de 80 años no me dejaba ayudarle a mover los cuadros, y Carmen Laffón, que cómo defendía las vanguardias y se atrevía a hacer sus incursiones en ella", añade.
La vida familiar de Rufo ahora pasa por ser abuelo. Su matrimonio con María del Carmen es vital. "Fue el apoyo en todo momento para que los hijos tuvieran una educación y formación extraordinario y somos una familia", sentencia en una charla al completo que puede reproducirse en el audio superior.