Descalabro en Valladolid
Una nefasta segunda parte complica al Tubos Aranda, que cae en Pucela ante un equipo excesivamente acertado en ataque
Valladolid
El Tubos Aranda cayó este domingo en Valladolid en un Huerta de Rey con muchísimo color amarillo. Desplazamiento de al menos 400 arandinos a las gradas pucelanas, que fue lo mejor de un encuentro marcado por los ataques. El azulón muy efectivo, el amarillo muy mermado y especialmente en efectivos en la primera parte. Seis exclusiones visitantes por dos locales en la primera parte… muy riguroso. Pero no es excusa para una derrota merecida y que sobre todo se gestó en la segunda parte.
El inicio ya fue complejo para un Tubos Aranda que comenzó ganando, pero que se vio superado en fase ofensiva por un Valladolid que no daba tregua. La lástima, un lanzamiento de Mosquera a la madera, y dos exclusiones encadenadas frente a la que los ribereños en todo caso no se fueron del partido. Pereira hizo de los suyas y sostuvo al equipo, pero en una mala acción a la contra Valladolid se puso con ventaja (8-5).
Con los primeros dos minutos para los pucelanos Tubos Aranda remaba impulsado por una afición incombustible y que pareció local en Huerta de Rey. La portería no estaba aportando demasiado, sí las recuperaciones de balón. Y el marcador se mantenía en tres goles favorables a Valladolid. Pero al filo del descanso, una nueva exclusión (la quinta en 25 minutos, castigo excesivo) unido a un momento de mal ataque amarillo ponía la máxima distancia de cuatro tantos que se mantendría hasta el descanso, con la enésima exclusión, demasiado castigo para Arthur Pereira.
En caída libre
El inicio del segundo tiempo terminó por dinamitar las opciones amarillas en el choque. Nada de eficacia, mal ataque pero también mala suerte en las acciones ofensivas, ante un equipo que seguía sin fallar. Así, a los diez minutos se vio ya una distancia imposible de remontar (27-17). Las cosas no salían y el equipo ante ese escenario se veía superado; Bar sacaba a relucir sus pies evitando cualquier reacción amarilla, y ya solo quedaba intentar maquillar el electrónico.
Así, la agonía finalizó con una dolorosa y sonora goleada, solo maquillada por la energía de una afición que fue un ejemplo a seguir; músculo y ánimo para levantarse en una semana clave. La derrota se queda en eso. Ahora, queda volcar la rabia en el miércoles. Es el verdadero partido. Benidorm viene a Aranda, y es momento de levantarse a lo grande.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en...