El Policía Nacional que ama las tablas y echó raíces en Aranda

Aranda de Duero

Tras muchos años de servicio a la ciudadanía, ocupado y preocupado a su seguridad como Policía Nacional, Valentín Martín ahora se dedica a divertirnos y hacernos pasar buenos ratos bajo los escenarios. Es actor "aficionado" -dice reiteradamente- y eso que él siempre se ha sentido más actor. "Con el teatro, al igual que siendo Policía, ayudas, haces feliz a la gente porque sale contenta tras algún problema personal y se entretiene y te lo agradece", comenta.

Sus inicios tras el paso por un seminario, pasaron a hacer probaturas en las fuerzas de seguridad. Su destino fue Barcelona, tras la propuesta de un vecino. Apostó por lo de ser Policía, pasó las oposiciones, y le fue cogiendo gusto con el tiempo (y eso que en las películas siempre iba con el malo). Cuando pasó a ser de facto ya agente, primero le destinaron la ciudad condal, y en los 85 llegó a Aranda. "Venía para un año y llevo aquí desde entonces", dice entre risas, antes de destacar su pueblo, Los Balbases, localidad por la que "no pasas, hay que ir". Allí destaca por encima de todo su niñez, con travesuras y juegos variados, y en una escuela repleta y llena.

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Estar al lado de la familia es positivo (aunque no siempre). Tener a su padre con 97 años en Burgos, por ejemplo, hace que sea una delicia acudir a verle cada ciertos días para compartir un rato de calidad con él.

Agente de 24 horas

Ser Policía no es cuestión sencilla para el día a día, ni para hacer una vida normal. "Estuve dos años en el grupo laboral de Barcelona. Contralabas las fábricas y las huelgas. Después pasé a antiterrorismo y allí ves cosas duras. Una de las mejores actuaciones, que nosotros estábamos con los GRAPO, era coger a toda la organización. Conseguimos atraparlos a todos, y se desarticuló. Eso fue responsabilidad de nuestro jefe. Luego aquí en Aranda es mucho más tranquila y segura, la gente de hecho es lo mejor, pero claro que hay cosas. Me impresionó la degollación de una chica en los ochenta, al poco de venir. Pero nada que ver con las grandes ciudades", explica, entendiendo evidentemente que uno "no es Policía 24 horas", y que a día de hoy, tras la jubilación, "te queda algo".

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Una vida de teatro

Martín tiene esa otras vena artística. Dirige el Grupo Cartel de Aranda. Con él han logrado muchos premios, destacando por ejemplo el de teatro aficionado de la Diputación. Pero Valentín hace unos años fue 'noticia' por un escrito lamentando el poco apoyo de las administraciones. "Tuvimos un año sin teatro, con muchas cuestiones perdidas. Ahora no diré que todo esté mejor. Pero hay que dar una prórroga a quienes han entrado. Espero que cuando acabe la legislatura pensemos que se ha avanzado", desgrana, antes de abordar precisamente la teatralidad de toda una vida en este arte.

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"No estaba en mis sueños ser actor, pero en el colegio en Gerona hacían cosillas y me gustaba. En Burgos me metí en un grupo luego. Y cuando vine aquí mis hijas fueron al Claret a estudiar. Un día los padres, siendo yo presidente del AMPA, me dijeron de hacer un grupo de teatro para los mayores. Cogí Fuera de Quicio sin compromiso. Empezó a lo tonto y llevamos 28 años y más de 600 representaciones. En estos años hemos actuado desde el teatro principal de Burgos, a la cárcel de Soria, y a cualquier suelo", explicaba, antes de contar alguna de sus batallas.

Cuando Valentín se ponía el uniforme y salía a la calle, hacía lo mismo que ahora cuando se pone el trapo que le toca, y se sitúa sobre las tablas -o lo que haya-: dar lo mejor de sí "hasta que el cuerpo aguante". Eso hace que le recuerden en ambas facetas. Y siempre con cariño y una sonrisa.

La charla al completo en nuestro Viaje por la Memoria con Ausen Frutos y Valentín García puede reproducirse al completo en el audio superior.