La Ventana de León
Opinión

El arte de los fluidos

Juan Miguel Alonso

León

Si pasea usted por la zona más cool del León turístico , a la espalda de Botines, exactamente entre el Museo de León y el instituto Juan del Enzina, en la hermosamente bautizada valle Alhóndiga, encontrará en horario continuo una de las performance más antiguas , pero más modernas que conocen el acervo hispánico: la meada varonil contra pared.

Con pases registrados cada hora, hallará usted , los fantásticos escorzos masculinos, la tenaz pulsión del esforzado meador, el desahogo prostático que deja la pared iluminada por esa pátina de urea y vapor que da al callejón un toque romántico en las frías mañanas del invierno legionario. La frecuencia mangueril se incrementa con la caída del sol, alcanzando la categoría de asamblea de bomberos en el horario nocturno, pero si a usted le viene mejor, en plena mañana puede contemplar esta maravilla de fisiología creativa y urbanismo depurado.

Sorprende al paseante el desprecio meón hacia el Museo, que tiene, ya lo sé , querido Luis, otras ruinas, y la querencia compulsiva por dejar su arte mingitorio sobre las paredes del instituto y de su salón de actos. A veces, uno piensa que este desenfreno meatorio no es sino signo y metáfora del respeto y consideración que la escuela merecen en nuestro tiempo. Vaya usted a saber, yo me lavo las manos.

Si acaso, y sin ánimo de atacar a esta expresión eterna de españolidad, solicitar humildemente al Ayuntamiento de León que envíe que sé yo, alguna vez, una brigadilla de limpieza , que compìta por unos minutos con sus fantásticos chorros cristalinos con la caprichosa geografía de ríos y arroyuelos que decoran la calle donde un día se comerció con trigo.