Opinión

Navidad entre nostalgia y trabajo 

La Firma de Guillermo Flores

Navidad entre nostalgia y trabajo

Palencia

Que la Navidad nos gustaba más antes porque éramos más jóvenes, es una obviedad, pero hay más cosas. Siempre me gustó mucho la época navideña, pero sobre todo de niño y mientras tuve niños. De pequeño ese momento de sacar las cajas y montar el árbol de Navidad y el belén con mis padres era pura magia. Aun conservo un juego de luces con figuritas multicolor, de hace 50 años, nada tecnológico pero entrañable. Las calles de Palencia se iluminaban con esos viejos y sencillos arcos de luces que antes de Vigo nos parecían fantásticas y no nos quejábamos nadie, no como ahora. Las compras se hacían en comercios locales y en pequeñas tiendas de barrio y supermercados como Mariano de Vena o Simago que creo que abrió sobre 1970, nada que ver con nuestros prácticos, pero tristes hábitos actuales de compra. Y las rebajas eran después de Reyes.

Los villancicos no aburrían tanto y nos juntábamos a comer y cenar con tíos primos y abuelos, cuantos más mejor. Después se jugaba a las cartas, nosotros al cinquillo o a los montones con TVE de fondo. Los niños esperamos con ansiedad y desvelo los juguetes sexistas de los Reyes Magos, que no siempre nos traían lo que pedíamos. Papa Noel por entonces no venía a España y mucho menos un tal “amigo invisible”.

Siempre me gustó preparar la Navidad, decorar la casa y juntarme lo más posible con familia y amigos y, cuando tuve a mis dos hijos, mucho más. Íbamos juntos al campo a por palos, piedras, musgos y líquenes para montar el belén, veíamos pelis de Disney o de Navidad juntos. Eso era cuando trabajaba como empleado en una empresa de lunes a viernes.

Ahora me sigue gustando mucho la Navidad, pero no tiene nada que ver, hemos cambiado ilusión, alegría y regalos por compromisos, estrés y gastos desmedidos.

En mi caso que me dedico a la hostelería apenas tengo tiempo para disfrutar de la navidad a nivel personal, porque mi trabajo consiste precisamente en hacer disfrutar a los demás. Es aplastante la rutina de estas fechas que parecen empezar cada vez antes y que no me dejan respirar. Pedidos y compras extras, decoración de locales, horarios, problemas de personal, cotillones y eventos, mucha gente todos los días y a todas las horas a la que atender. Este año que las fiestas caen entre semana no habrá ni un día de tregua. Ni un día para saborear lo que para mí es la esencia de estas fiestas, compartir buenos momentos con los que más quieres, lo que no siempre es fácil.

Hay que contar con el cruce de familias, hoy toca aquí, mañana allí, trabajos al que le toque trabajar y las distancias si vives fuera. Se me hace casi imposible esa conciliación familiar de la que tanto se habla. Siempre me ha parecido el anuncio más emotivo ese en el que la hija llega a casa de sus padres la tarde de nochebuena como el turrón que vuelve a casa por Navidad.

De momento y para salir de esa rutina, podéis cambiar ese turrón, el marisco o el lechazo por una pizza, pero no una pizza cualquiera, la pizza subcampeona de España que se hace aquí en Palencia, no te voy a decir donde, te dejo que descubras tú el sitio.