Sociedad

Sanidad hará campañas sobre el riesgo que supone el gas radón, pero no contempla la instalación de medidores en los edificios

Ávila es una de las provincias con más concentración de este gas que se origina de forma natural por la presencia de granito en el subsuelo

El gas radón se puede acumular en sótanos y plantas bajas ya que pesa más que el aire / Getty Images

Valladolid

La Consejería de Sanidad de Castilla y León volverá a realizar campañas preventivas y de concienciación sobre el potencial riesgo para la salud de la inhalación del gas radón -de origen natural y que forma parte de la cadena radiactiva de la desintegración del uranio-, aunque descarta instalar medidores de su presencia en hogares.

La directora general de Salud, Sonia Tamames, considera que es "más eficiente" promover ayudas para la reforma de las viviendas potencialmente afectados por la presencia de radón que instalar un dispositivo que requiere de un mantenimiento y calibración complejos.

Así lo ha anunciado este jueves ante la Comisión de Sanidad de las Cortes de Castilla y León donde ha dado a conocer datos sobre las 6.200 mediciones realizadas en la Comunidad, tanto en edificios de trabajo como viviendas, y que han dado un resultado dispar, con resultados más elevados en las provincias de Salamanca, Ávila, Segovia, Zamora y el sur de León.

Mapa de la presencia de gas radón en España

Mapa de la presencia de gas radón en España / Consejo de Seguridad Nacional

Mapa de la presencia de gas radón en España

Mapa de la presencia de gas radón en España / Consejo de Seguridad Nacional

Tamames ha reconocido que "no existe un nivel seguro" de exposición a este gas potencialmente radiactivo, pero ha defendido las medidas preventivas adoptadas y la necesidad de profundizar en la investigación científica sobre este ámbito, que "progresa más lenta de lo que a todos los gustaría", ha asumido.

El análisis de los datos obtenidos será objeto de un informe de la Consejería de Sanidad que será publicado próximamente, según ha adelantado la directora general de Salud Pública.

Qué es el gas radón

Según la información detallada por la Consejería de Sanidad en su web, el radón es un gas incoloro, inodoro e insípido de origen natural que forma parte de la cadena radiactiva de origen natural de desintegración del uranio.

Está presente en todo tipo de suelos, si bien la cantidad y disponibilidad del mismo depende de la naturaleza y composición de estos suelos.

El radón, por ser un gas, se desplaza desde el subsuelo hasta la superficie, por pequeñas diferencias de presión, en las que intervienen múltiples factores.

En general, en el aire exterior, el radón se ventila y diluye en la atmósfera, representando un riesgo mínimo para la salud, pero en el interior de los edificios puede acumularse si el aire no se renueva convenientemente.

La presencia de radón en mayor o menor cantidad en el aire interior se debe fundamentalmente al tipo de suelo sobre el que se asienta el edificio, las características del tipo de construcción, la antigüedad, el régimen de ventilación y en menor medida, de los materiales de construcción utilizados, detalla la documentación.

Medidas preventivas

Por ser un gas más denso que el aire se acumula en mayor concentración en plantas bajas y sótanos, por lo que la Junta establece una serie de medidas preventivas en el ámbito arquitectónico, pero también reformas para permitir la ventilación regular de las estancias.

Sobre su efecto en la salud, se atribuye a la progenie del radón ser la causante de una fracción (del 3 al 14 %) de los cánceres de pulmón que se producen, si bien es el tabaco la principal causa de este tipo de cáncer, por lo que cuando se dan conjuntamente ambos factores, el riesgo se incrementa.

Desde el punto de vista normativo, la Unión Europea ha elevado su anterior recomendación a la categoría de directiva, para modificar el Código Técnico de la Edificación, con una nueva exigencia básica de salubridad de protección frente al gas radón, de tal manera que se obliga, en los edificios situados en los términos municipales en los que se ha apreciado un nivel de riesgo no despreciable, se dispongan los medios adecuados para limitar el riesgo previsible de exposición inadecuada en su interior a radón procedente del terreno.

La información disponible y los estudios realizados en esta materia, sitúan a algunas zonas geográficas de Castilla y León como potencialmente expuestas a niveles más elevados que otras regiones, principalmente el sur de las provincias de Ávila, Salamanca y Segovia, oeste de Zamora y suroeste de León.

La Junta de Castilla y León ha aportado datos para el actual mapa del potencial de radón en España, elaborado por la Administración central, a través de mediciones gamma, información geológica y mediciones de radón efectuadas, en el que se estima que un número significativo de edificios pueden alcanzar diferentes tramos de nivel de radón en aire, teniendo en cuenta que al margen de sótanos o plantas bajas, en las plantas superiores es difícil encontrar niveles apreciables.