El acusado de asesinar a su pareja y a la hija de ella en Valladolid se enfrenta a prisión permanente revisable
El juicio, con jurado popular, arrancará el próximo miércoles en la Audiencia Provincial
Valladolid
David Maroto Lentijo, acusado de asesinar a su pareja, Paloma, y a la hija de ella, India, en la madrugada del 23 de enero de 2023 en Valladolid, se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable por el crimen de la niña, que en el momento de los hechos tenía ocho años, y a 25 años de prisión por el asesinato de Paloma.
El juicio arrancará el próximo miércoles, día 11, con la elección de los miembros del jurado y se desarrollará durante varias sesionas en la Audiencia Provincial.
Desde el verano de 2022, el acusado mantenía una relación sentimental con Paloma, comenzando meses después a vivir juntos en el domicilio de esta del Paseo de Zorrilla, en el que también residía India. En el momento de los hechos no constaba denuncia previa de la víctima por violencia de género, aunque sí antecedentes del agresor por este motivo, que datan de 2017, con una relación anterior.
En la fatídica madrugada, sobre las 0,17 horas, el acusado regresó al domicilio familiar. Dado que se había dejado olvidadas sus llaves, realizó varias llamadas al móvil de Paloma sin obtener respuesta, por lo que después llamó insistentemente al interfono y después al timbre de la vivienda, hasta que la víctima le abrió la puerta.
Una vez dentro del piso y después de consumir varios refrescos, se inició una fuerte discusión con su compañera sentimental por motivos no determinados. Durante la discusión y “sin que ella pudiera presagiar en modo alguno el ataque, dada la confianza generada por su relación de convivencia”, el acusado cogió de la cocina un cuchillo de grandes dimensiones y, de forma sorpresiva, comenzó a asestarle múltiples puñaladas. Paloma intentó salir de la cocina, pero el acusado se lo impidió y la acorraló en una esquina.
Además de múltiples puñaladas, Paloma también sufrió heridas incisas de defensa en las manos y antebrazos al intentar cubrirse, así como lesiones por presión en los labios con las que el asesino intentó acallar sus gritos. Entonces, sobre las 1,30 horas, David Maroto envió un mensaje de ‘Whatsapp’ a su exmujer diciéndole: “La culpa es tuya. Esta es la consecuencia”.
Debido a la discusión previa y a los gritos, India se despertó y al ver la escena de la cocina, corrió por el pasillo hasta el dormitorio principal, para coger un teléfono móvil desde el que, a las 1,35 horas, pudo realizar una llamada de siete segundos al 1-1-2.
Al ver a la niña con el móvil, el acusado se lo arrebató cuando todavía estaba conectado al 1-1-2 y, a continuación, también acuchilló a la menor con otro arma diferente al utilizado sobre la madre de la pequeña, “sin que la víctima pudiera reaccionar ni defenderse en modo alguno”.
Tras las dos agresiones mortales y ante la rellamada que realizaron desde el 1-1-2, el acusado lanzó el teléfono que había arrebatado a India por la ventana, cayendo al patio de luces del edificio. Después, y dado que era un fumador “compulsivo”, se dirigió al salón a buscar unos puros.
Después de llamar por teléfono a un familiar y confesar que había matado a su pareja y a la pequeña India, sobre las 3,11 horas, se tumbó en el suelo y se autoinfligió unas pequeñas heridas en el tórax y cuello meramente superficiales. Cuatro minutos después, agentes de la Policía Nacional llegaron al domicilio, teniendo que acceder por la ventana con ayuda de los Bomberos.
Facultades mentales
En el escrito de calificaciones, el Ministerio Público reconoce que el acusado presenta antecedentes por consumo continuado de alcohol, cocaína y anfetaminas y que realizó tratamientos en Proyecto Hombre, Aclad y Cruz Roja, entre 2003 y 2018, todos ellos abandonados, y que también acudió a la Asociación para el tratamiento y rehabilitación del alcoholismo en dos ocasiones, pero también sin continuidad. No obstante, asegura que en el momento de los hechos no padecía ninguna patología mental que le alterase su capacidad volitiva y, por tanto, su imputabilidad. Además, recalca que no existen datos objetivos del consumo de estas sustancias el día de los hechos, no estando acreditado que tuviese afectadas sus facultades mentales.
La acusación publica establece que los hechos constituyen dos delitos de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco. Por el asesinato de Paloma reclama veinticinco años de prisión y por el de la niña prisión permanente revisable, además del pago de indemnizaciones a los familiares de las víctimas que rondan los 180.000 euros.
India fue el primer caso de un menor de edad asesinado por violencia machista en Castilla y León desde que existe este registro en el año 2013.