Democracia en estado de coma
Las Claves de Pedro Brouilhet, párroco solidario del barrio de San Antonio y Grijota (Palencia)
Democracia en estado de coma
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Palencia
La mayoría estamos de acuerdo en que la democracia es el mejor sistema para organizar la sociedad. Imperfecto, como todo lo que es humano, pero el menos imperfecto, es decir, el mejor.
La preocupación, pues, no es por el sistema, sino por su salud. La democracia es frágil; su aval es la credibilidad y sus mejores aliados la transparencia y la verdad. Por contra, tiene sus peores enemigos en la deslealtad de los políticos y la desconfianza y desafección de los ciudadanos. Por eso, no necesita parlantes que la pregonen ni héroes que la defiendan, sino políticos honestos que la sirvan.
Estamos ante una democracia en estado de coma. Me da lástima que sean más importante los intereses partidistas que el bien común.
Una democracia que no da respuesta a los problemas del hambre, la desigualdad, los refugiados, el fracaso escolar, los conflictos sociales, la salud mental, la búsqueda de sentido… está enferma. ¡Déjense de monsergas! Los que necesita este país y también nuestra ciudad son médicos de la democracia que defienden a los hombres y mujeres, por encima de cualquier sigla. Y si no son capaces, ¡váyanse a sus casas!
Convertir mis ideas en la verdad absoluta es propio de las dictaduras. Y en eso caen la mayoría de los políticos que se creen portadores de la democracia. Les hemos elegido para que dialoguen, busquen puntos de unión y pacten. Creo que el sentido de esos verbos no lo aprendieron, a lo mejor por culpa de tanto cambio en la reforma educativa.