El Balonmano Zamora se queda frío en Avilés
Los de Félix Mojón, siempre a remolque y con un arbitraje casero, no pudieron sumar
Si hubo algo de crisis en el Balonmano Zamora, duró una semana. La derrota frente a Oviedo, no por la derrota en sí, sino más por la forma en que se produjo, levantó alguna herida en el cuadro pistacho que se cicatrizó frente a Camargo. La derrota no fue en sí solo un partido perdido tras un mal arranque sino una serie de desdichas que sacaron de los puestos de play-off a los de Felix Mojón.
Fue un día, una semana porque el balonmano alegre volvió al Ángel Nieto, se ganó a Camargo y se volvió al segundo puesto antes de una semana repleta de duelos complicados en todas las zonas de la clasificación. A los pistacho les tocaba viajar entre la nieve a Avilés donde esperaba una Avilesina más abajo de lo que esperaban los asturianos al inicio de la competición pero con mucho peligro.
Semana llena de obstáculos para todos los equipos que están llegando al ecuador de la competición con pocas cosas clarificadas pero que tría un fin de semana donde muchos encontraban su lugar.
El partido para el Balonmano Zamora fue siempre un querer y no poder, con un par de colegiados que fueron excesivamente caseros en sus decisiones, especialmente en una última jugada donde estiraron hasta el extremo el pasivo y donde permitieron que la Avilesina acabara el tiempo en el cronómetro.
Los zamoranos, a remolque, no se sintieron cómodos en casa del cuadro de Avilés y siempre estuvieron por detrás aunque apretaron en el tramo final y defendieron muy bien una última jugada en la que, en caso de haber penalizado con pasivo antes a la Avilesina, habría habido tiempo para un último contraataque que, fuera de tiempo, acabó anotando Marco Torres dejando el 27-26 final.