Eduardo Calahorra, el abulense de Lituania

Ávila

Eduardo Calahorra estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad de Valladolid. Animado por la experiencia de unos amigos de estudios, decidió hacer un Erasmus Práctica, un programa que ayuda a los estudiantes a realizar prácticas en otros países de la Unión Europea. Su destino fue Vilnius, la capital de Lituania. Allí consiguió su primer trabajo en una empresa lituana. Aquello fue en 2012. Desde entonces vive y trabaja en Vilnius.

"Lo que tiene Lituania y sobre todo esta ciudad, es que la gente joven sabe inglés. Además, estudian otros idiomas en la universidad, con lo que acaban hablando 3 o 4. Eso hace que las multinacionales se froten las manos porque encuentran gente preparada" dice Eduardo, protagonista del espacio Abulenses por el Mundo del programa Hoy por Hoy Ávila. Además de los nacionales, la ciudad tiene también una importante población extranjera que trabajan para esas empresas. Este es su caso.

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"Yo trabajo actualmente para una empresa norteamericana, Bazaar Voice de la que seguramente nadie ha oído hablar. Trabaja con las reseñas y el contenido generado on line por usuarios que compran productos. Antes de comprar algo, mucha gente mira las reseñas, las estrellitas. Pues resulta que hay un negocio tremendamente lucrativo en este sector. La empresa trabaja con esto, con la infraestructura, con el software que se encarga de gestionar el contenido" dice.

En su caso, gestiona una lista de clientes que tienen comprado un servicio de 'sampling' "que consiste en dar productos a la gente a cambio de una reseña honesta". Un puesto de trabajo surgido recientemente y vinculado al comercio on line lo que le lleva a reconocer la dificultad que tiene muchas veces para explicar en qué consiste su trabajo.

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Lleva cuatro años y medio trabajando en Bazaar Voice y hasta hace poco no había podido trabajar con una empresa de nuestro país. Ahora presta ese servicio para Loewe. "Tengo la impresión que España es todavía una mina por explotar bastante grande para estos servicios" añade. Curiosamente, después de no utilizar el español en su trabajo diario durnte años, dice que "va a sonar estúpido, pero me resulta muy duro, muy raro hablar en español con la gente cuando es de temas de trabajo".

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El español en Lituania

Respecto a su vida en su país de acogida, le sorprendió desde el principio el conocimiento que de nuestro idioma tenía la población de esta nación del Báltico. Y todo debido a la televisión y concretamente a las telenovelas. "Son muy populares con lo que te encuentras a gente que te cuenta las frases típicas de estas series" A ello se añade los lituanos que hablan español y otros expatriados de nuestro país que, como él, trabajan allí.

La colonia española organizaba además unas reuniones semanales en diferentes locales de Vilnius donde practicaban el idioma, conocían a otros españoles lo que les facilitaba la integración. También participaban lituanos con conocimientos de nuestro idioma. Gracias a estas citas conoció a Ieva, su novia.

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Viniendo de un lugar frío como Ávila, el contraste térmico no es tan acusado como los que proceden de lugares más cálidos. Pero Eduardo destaca que las temperaturas son bastante más bajas que en la capital abulense, hay mayor presencia de nieve y las dificultades para ver el sol en esta época del año, cuando anochece sobre las tres y media de la tarde. En verano las temperaturas son bastante más agradables, aunque no tan altas como las abulenses y con solo dos horas de noche cerrada. En esos meses y para poder dormir son necesarias unas buenas cortinas, ya que las persianas no existen allí.

Eduardo nos recomienda una visita al país para conocerlo, aunque ampliando el foco a los países limítrofes. "Si vienes por primera vez, en lugar de meterte en Lituania y explorar sitios más pequeños, yo lo que recomiendo es hacerte las tres capitales bálticas. Vilnius, Riga y Tallín que son muy bonitas. Si tienes la oportunidad y tiempo sería lo más recomendable para ver un poquito de todo. Te permite conocer como son los diferentes países y ver las diferencias que existen, aun estando tan próximos y ser tan pequeños" dice. El siguiente paso sería una visita a la propia Lituania a través de sus dos grandes ciudades, Vilnius, la capital, y Kaunas la otra gran ciudad y adonde llegan los vuelos procedentes de España.

Relación con Rusia

Un aspecto que ha marcado la historia de este país es su relación con Rusia tras la disolución de la Unión Soviética de la que formaron parte. Una relación con los rusos que Eduardo resume con una palabra: mala. "A Rusia se le ve como una amenaza. Por eso, en cuando pudo, Lituania se incorporó a la OTAN y la Unión Europea" apunta. Un temor agravado por la invasión de Ucrania por parte de los rusos. "Si los ucranianos no hubieran sido tan fuertes a la hora de protegerse, aquí estaban convencidos de que los próximos serían los países bálticos".

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Eduardo califica como amables la forma de ser de los lituanos aunque más fríos que la población de los países del sur como el nuestro. "Se nota esa frialdad, pero cuando empiezas a conocer a la gente con la que estás en el trabajo o con amigos fuera de él te das cuenta que es gente muy amable"

Y otro tema que siempre marca la estancia en otro país es la comida. La lituana "no es para todo el mundo, ya que es muy grasa, con mucha carne, sobre todo de cerdo y patatas". Un ejemplo son los 'cepelinai' o cepelines, una masa de patata rellena de carne. También nos recomienda la 'Šaltibarščiai', una sopa fría para el verano de color rosa que se hace con kefir y remolacha. No obstante, en lo gastronómico, Eduardo lo tiene claro: "Como en casa no se come en ningún sitio". Por eso, Eduardo, que tiene previsto pasar parte de las vacaciones en Ávila, espera poder celebrarlo con " algún chuletón".