El Villa de Aranda certifica una brillante primera vuelta con su victoria en Huesca (29-32)
La afición ribereña volvió a impulsar al Tubos Aranda que supo adaptarse a un partido muy trabado y en el que hizo valer su profundidad de banquillo
Aranda de Duero
Victoria meritoria ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Huesca es colista, no por su falta de balonmano, sino fruto de sus circunstancias tan adversas. Los partidos se le hacen demasiado largos, no tiene calidad para las rotaciones y le está penalizando. El Villa de Aranda compareció muy sólido (1-4) sin fiarse de su rival y le valió para conectarse al partido en las fases en las que los locales se hicieron fuertes.
El Tubos Aranda, desde su gran inicio, fue un intento por descolgar a un rival que no se rendía. Mucha intensidad en el juego, menos calidad de balonmano para evitar el dinamismo con el que juegan los arandinos. Huesca lo quiso llevar a ese terreno, por momentos le salió bien pero supo adaptarse el Villa de Aranda que, tras verse empatado en el marcador (9-9) tuvo un buen cierre de primer asalto (12-14).
En la segunda parte, Huesca aguantó los siete primeros minutos (19-19). Un parcial del 0-5 del Villa de Aranda fue un duro golpe para la frágil moral oscense que no claudicó pero que no está para hazañas. Aranda certificaba con mucho oficio una victoria trabajada, merecida y que da lustre a una primera vuelta excepcional.