¡Qué envidia!

Palencia

El pasado domingo los medios de comunicación sobre todo en redes sociales, nos contaban que un año más no nos había tocado nada a los palentinos en la Lotería de Navidad. Horas más tarde rectificaban cuando se conoció que una empresa palentina había repartido 300 décimos del segundo premio en nuestra ciudad. A mi me lo dice un colega por wasap. Rápidamente se corre la voz y nos enteramos que era el famoso 40014 que desde hace muchos años juega y comparte en promociones, que incluso publicita en este medio, de sus productos el distribuidor de bebidas y alimentación Comercial Infante. 300 decimos que son mas de 37 millones de euros que poco a poco se van conociendo donde están. Además de la secreta cantidad que se haya podido quedar mi amigo Jorge Infante, (el va a decir que 3 o 4), algunos locales de hostelería, su familia y empleados y un numero grande e indeterminado de clientes que obtuvieron 5 céntimos en algunos bares por el mero hecho de tomar un vino o tercio de cerveza de determinadas marcas.

Se puede casi palpar desde entonces un halo de envidia hacia el afortunado ganador que es un empresario de cierto éxito, algo que además duele ya de por sí. La envidia es un sentimiento inherente al ser humano que nos hace desear algo que tienen otros. A mi me da envidia no haber comprado uno de esos decimos que he tenido tan cerca dada mi relación personal y profesional con el agraciado. Hasta aquí todo bien, el problema es cuando esa envidia te lleva a que te duela que tu vecino, tu amigo o tu colega haya tenido esa suerte en este caso económica.

El tema de la lotería es muy delicado, nadie vamos a comprar el número de todos los sitios por donde pasamos, ni el que los vende o intercambia tiene ninguna obligación de ofrecérnoslo. Así ocurre que hay mucha frustración por haberlo tenido tan cerca y no haberlo conseguido hasta el punto de que este distribuidor ha recibido llamadas y mensajes de clientes tan enfadados que quieren retirar sus productos y le recriminan que no les haya ofrecido su número, como si eso fuera una obligación. En mi caso concretamente estoy encantado con qué se hayan quedado 37 millones, que es una “pastísima” en nuestra ciudad, porque algo nos caerá, ademas que este dinero este tan repartido como parece y por supuesto porque que le haya tocado a un amigo al que considero un gran tipo, pero sobre todo un currante de los de sol a sol, de los que mantienen una empresa y les queda poco tiempo para ellos, y que aunque ahora haya tenido este golpe de fortuna no le garantiza poder trabajar menos.

Por cierto, Jorge me podías arrimar una participación de esas, que sabes que yo te aprecio mucho.

Bueno , es broma, siempre nos quedara la salud y el amor.

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Feliz fin de año