La visita a Ávila de la reina Isabel II

Ávila

Accedió al trono con tan solo tres años. Fue la segunda hija de Fernando VII, uno de los reyes más odiados de nuestro país. Reinó hasta 1868 cuando la denominada Revolución Gloriosa la derrocó, provocando su exilio durante ocho años. Fue la madre del futuro Alfonso XII. Y fue la tercera monarca española, entre reyes y reinas en visitar Ávila.

Lo hizo entre el 15 y el 18 de septiembre de 1865. Vino con toda la familia real, su esposo Francisco de Asís y sus hijos Alfonso, futuro Alfonso XII y la infanta Isabel. El programa de la visita comenzaba con la recepción de la real comitiva y la entrega de las llaves de la ciudad. Estaba previsto que Nicolás Amores Bueno, el entonces alcalde de Ávila, con toda la corporación entregaran en el Arco del Peso de la Harina de la Muralla (el que está junto a la Catedral) las simbólicas llaves de la ciudad.

Pero por un error de coordinación, los cocheros no pararon los carruajes y siguieron hasta la puerta de la Catedral. No se hizo la ceremonia prevista, que incluía también el discurso del primer edil de la ciudad. Un representante municipal salió a la carrera con la bandeja de oro que portaba las llaves de la ciudad, para entregárselas a la monarca. Pero ya sin discurso y sin recepción oficial. La reina mostró su disgusto por el malentendido a los responsables municipales.

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Una incidencia que no se había producido en las dos ocasiones anteriores en las que reyes españoles habían visitado la ciudad. En mayo de 1534 Carlos V recibió a las puertas del desaparecido Alcázar, las llaves de mano del entonces alcaide, Gonzalo Chacón. El Emperador se las devolvió pidiéndole que se las guardase. Y en junio de 1600, fue Felipe III el que visitó la capital abulense, recibiendo las llaves también de otro Gonzalo Chacón que era familiar del anterior. Dos grandes llaves doradas que dio al monarca, que las dejó también en depósito del alcaide. En ambos caso sin incidencias. No como lo que ocurriría más de 200 años después.

La visita se alargó durante tres días. A la jornada siguiente, la Reina inauguró el Curso Académico del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza y el Colegio Santa Teresa de Jesús. Durante la visita se anunció que la Reina había creado dos 'plazas pensionadas' o dos becas en el Colegio de Internos que llevarían el nombre de 'Pensionistas del Príncipe Alfonso' dedicados a "estudiantes pobres y con rendimiento académico sobresaliente". Semanas después, se publicaba una Real Orden de Isabel II que agradecía que el Conde de Superunda creará una plaza más para esa becas.

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Tres años después de la visita, Isabel II sería derrocada lo que bloquearía los fondos de la Casa Real y el dinero que se dedicaba a esas tres plazas becadas para los estudiantes pobres de la provincia.

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De esta curiosa historia nos hablaba este mes Sonsoles Sánchez Reyes en el espacio 'Abulenses Lejanos'.