Nuevas pruebas y más víctimas de un joven detenido en Burgos por corrupción de menores y abusos sexuales
La Policía Nacional sigue destapando el alcance de los delitos presuntamente cometidos por el arrestado, que continúa en prisión por orden judicial
Burgos
La Policía Nacional de Burgos ha encontrado nuevas pruebas y más casos de víctimas de un joven detenido en junio en la capital burgalesa, acusado de corrupción de menores y abusos sexuales a menores de 16 años. Después de un año y medio desde que se produjera la detención y registro domiciliario de este joven, contra el que se indicios y pruebas de su autoría en numerosos delitos de carácter sexual, que cometió supuestamente desde su domicilio en Burgos, aprovechando el empleo de las nuevas tecnologías e Internet.
La investigación relacionada con los hechos comenzó en enero de 2022, momento en que una joven residente en la ciudad de Burgos se personó en la Comisaría Provincial para denunciar que un hombre había estado exigiéndole fotografías sexuales durante unos cuatro años, cuando la denunciante tenía sólo la edad de 14. Puso en conocimiento de la Policía el continuado chantaje sexual sufrido por parte de este hombre –a quien nunca llegó a conocer en persona-, que aprovechó el anonimato y la aparente opacidad y amparo que permiten las redes sociales. Según su relato, tras un primer contacto virtual, el posteriormente detenido mensajeó a su víctima, indicándole que disponía de una “fotografía comprometedora suya”, y exigiendo envío de una imagen sexual, como contrapartida para no publicar en las redes sociales la que decía ya poseer.
La entonces menor sucumbió a dicha coacción por temor a que el autor cumpliera sus amenazas y desde ese momento se vio envuelta en un bucle de chantajes que fue haciéndose más grave con el paso del tiempo. La exigencia de fotografías de contenido sexual derivó en solicitud de vídeos, y posteriormente en la petición a la menor para que grabara y difundiera en directo escenas sexuales muy concretas, todo a petición del acosador. Además, explicó que las coacciones se hicieron extensivas a varias amigas de su círculo cercano, a quienes este hombre decía conocer.
En varias ocasiones, el investigado le propuso mantener encuentros sexuales reales, para lo que le citaba en lugares públicos y céntricos de la ciudad, aunque ella nunca accedió. Incluso, llegó al punto de solicitarle dinero como contrapartida para no divulgar las imágenes sexuales obtenidas.
Estas conductas son conocidas con el nombre de ‘sextorsión’, y tienen encaje legal en varios tipos penales, como son las amenazas o las coacciones. Fruto de su traumática experiencia, la joven dijo haber sufrido episodios continuos de ansiedad, estrés, incertidumbre y miedo.
Tras varios meses de investigación de los especialistas de la Policía Nacional de Burgos, dificultada por el elevado número de cuentas en redes sociales que empleaba el investigado, que además eliminaba de manera periódica para evitar su control y seguimiento, finalmente a mediados de 2023 se logró descubrir su identidad real: un joven de entre 20 y 30 años residente en una vivienda situada en el centro histórico de la capital.
El operativo policial que permitió la explotación de la Operación “kilero” fue llevado a cabo el 8 de junio de 2023 y permitió la localización y detención del joven investigado, acusado de un delito de coacciones. Los agentes obtuvieron durante la inspección de la vivienda un número elevado de evidencias sobre la extorsión cometida sobre la joven que denunció los hechos.
Posteriormente, el material encontrado ha permitido a los investigadores de la Policía Nacional de Burgos confirmar sus sospechas sobre la existencia de muchas más víctimas además de la denunciante, tanto en otros lugares de España con residentes en América Latina.
En el domicilio del detenido fueron hallados tres teléfonos móviles inteligentes, y la localización, extracción y análisis de imágenes, vídeos y otros datos ha extendido la investigación hasta que se han recibido ahora los resultados del contenido del último de los teléfonos móviles con los que operaba el detenido. Las evidencias digitales, puestas en conocimiento del Juzgado que instruye esta causa, confirman la especialización delictiva del joven arrestado, que le llevó a la creación y participación en grupos cerrados de la red social Telegram, especialmente utilizados para compartir material pornográfico de alto contenido sexual. Las nuevas pruebas han puesto de manifiesto que el detenido instruía a otros usuarios en técnicas de acoso, y compartía sus experiencias y su continua práctica delictiva en orden a conseguir el éxito de sus chantajes.
Estas últimas evidencias, desconocidas en el momento de su detención, resultan de especial relevancia penal, y son las que han permitido imputarle los delitos de corrupción de menores y abusos sexuales a menores de 16 años.
Este joven – que carecía de antecedentes policiales previos a su detención- fue enviado a prisión preventiva por orden del Juzgado de Instrucción que conoce y coordina la investigación, y continúa ingresado tras año y medio en prisión, a la espera de la celebración del juicio oral que determine sus responsabilidades frente a la Justicia.