El alcalde de un pueblo de Segovia acusa al obispado de "homofobia" por negarle la comunión a él y a una pareja debido a su orientación sexual

Valladolid

Rubén García de Andrés, alcalde de la localidad segoviana de Torrecaballeros, situada junto a la capital del acueducto ha denunciado a través de sus perfiles en redes sociales el comportamiento del Obispado de Segovia al que acusa de "homofobia" por haberle negado la comunión tanto a él como a una pareja del cercano pueblo de Basardilla hace unos días, el pasado domingo.

En ese municipio, una pareja homosexual, según el relato que ha hecho García de Andrés a la SER, acudió el día de Reyes a misa. Formaron parte de la Eucaristía leyendo algunos pasajes bíblicos. Pero, de acuerdo a las explicaciones facilitadas por el regidor, el sacerdote recibió "una serie de mensajes" en las que se expresaban quejas por estos hechos. Tras conversar con el párroco, le manifestó que iba a hacer una consulta al Obispado. En esa charla, el religioso también se interesó por la situación del propio García de Andrés. De esa consulta, lo que se le traslada es que las personas homosexuales no pueden recibir la comunión.

Tras recibir estas explicaciones, el alcalde de Torrecaballeros envió un correo electrónico a la diócesis segoviana. Como respuesta, el prelado le indica que "la doctrina es clara" y que las conversaciones con los sacerdotes quedan sujetas al "secreto profesional". Este sábado el párroco citó a García de Andrés para confirmarle que, a partir de ese momento, se le negaba la comunión.

Y añadió algo más. Un argumento que el afectado aclara que le ha causado un "profundo dolor" al explicarle, por un lado, que su situación civil; sin haber formalizado la unión con su pareja, dificultan las cosas y, por otro, que "si sólo fuera ser gay y se continúa por un camino de conversión las cosas serían distintas".

Un antecedente que no denunció

Garcías de Andrés, católico practicante, ha señalado también que hace dos años "también tras la acción de dedos inquisidores" le fue retirrado el servicio que prestaba prestando a la diócesis como Celebrador de la Palabra, una figura esencial en las zonas rurales, porque permite a un laico desarrollar un rito similar a una eucaristía, pero sin la parte central, la Consagración. Le dijeron que era por motivos políticos, por su filiación en el PSOE. Pero luego, extraoficialmente, admitieron que había otras razones, "las mismas que ahora", puntualiza. Ha reconocido que guardar silencio entonces "fue un grave error" y que ahora "he decidido no callar".

Se da la circunstancia de que César Franco, el obispo de Segovia, está a punto de finalizar su período al frente de la diócesis. Presentó la renuncia por motivos de edad y el sábado 18 de enero, un prelado auxiliar de Madrid, Jesús Vidal, asumirá el cargo.