Alcampo y Mica dan ejemplo de desperdicio alimentario cero objeto de estudio

Aranda de Duero

Alcampo da a conocer a estudiantes del Máster de Economía Circular de la Universidad Carlos III de Madrid su proyecto de titulado 'Para comérselo (y bebérselo)' que desarrolla en Aranda junto a Cervezas Mica desde noviembre de 2023.

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A las diez de la mañana comenzaba este viernes una visita a Alcampo y a su obrador donde se elabora el pan que sirve de materia prima a la cerveza 'Don Mendrugo', para después hacer lo mismo con la fábrica que tiene esta empresa, que elabora cerveza artesanal con el pan sobrante recogido en el hipermercado. El bagazo de malta de cebada derivado de la fabricación de la cerveza es recogido por el hipermercado, donde los profesionales de panadería crean en sus obradores el primer pan elaborado a base de este producto. "Nosotros tenemos dos premisas muy importantes: una es trabajar con un proveedor local y otro el desperdicio alimentario cero, que para nosotros es un eje fundamental a nivel compañía, así que teníamos los dos gestos y teníamos que unirlos", comentaba la directora de Alcampo en Aranda, Esther García Velasco, a los estudiantes del máster, para explicarles después cómo funciona este proceso de ida y vuelta.

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Esta simbiosis nace del concepto de economía circular y 'desperdicio alimentario cero', que Alcampo está llevando a cabo desde hace tiempo con otros productos, procurando que nada acabe en la basura.

Esta experiencia ha despertado el interés de esta institución universitaria, hasta el punto de organizar una excursión para ver in situ cómo funciona esta simbiosis entre Alcampo y Mica, que constituye un ejemplo muy tangible y cercano de este modelo de economía circular. "El caso de Aranda es algo principalmente interesante, porque es algo que los ciudadanos experimentan día a día, como es el caso por ejemplo de ir a comprar el pan, puerto que muchos de notros pensamos qué ocurre con todo el pan que no utilizamos y que en muchos casos va para acciones de caridad, pero queda otra parte que muchas veces se queda duro y que realmente no sabemos qué otros usos le podríamos y el proyecto que tienen es algo revolucionado y muy interesante porque además de estar disminuyendo el desperdicio alimentario, estás contribuyendo a la economía circular creando un entorno colaborativo", destaca Alberto García Peña, director del máster.