Pau Guitart: “Aranda era mi última bala en el balonmano”

Aranda de Duero

Cuando un recién ascendido a la élite da la campanada, cuenta con muchos argumentos que lo explican. En el caso del Tubos Aranda, uno de ellos está en la portería. Pau Guitart (1996, Sarriá de Ter) es uno de los hombres de moda en el balonmano español. No ha recibido la llamada de la Selección -y eso que Jordi Roca es de su pueblo- pero tiene números como para al menos planteárselo. Más de 180 paradas en lo que va de temporada, seis goles -tres en el último duelo ante Nava-, y un 'aura' (que ahora se dice) innegable. Pero Guitart tiene mucho que contar. Porque ahora es todo color de rosa. Pero no siempre fue así. Y lo ha compartido este miércoles con los oyentes de la SER tras su renovación con el Villa de Aranda.

El Tubos Aranda, su última oportunidad

Antes de afrontar el reto en la Ribera del Duero, Pau estaba en Antequera. Su periplo de viaje y vida por y para el balonmano corría el riesgo de acabar. Pero llegó la opción de Aranda, club al que se había enfrentado, y de quien todo el mundo hablaba maravillas. "Ese chico se cruzó con un grupo excelente de jugadores. Y con Javi Márquez. Estaba a punto de desistir, creo que era mi última bala. Llego a Aranda, y llega Javi, creo que toca la fibra del niño que tenía dentro, esa fibra que necesitaba. Me ha ayudado mucho y le tengo mucho cariño. Me devuelve la ilusión. La afición, el equipo, los compañeros, gente como Adrián y Magnol... en el día a día", enumera alguien que siempre soñaba con lo que se dio: el ascenso.

Guitart, que apostó por ser portero de balonmano siguiendo el ejemplo de su padre, siempre ha sentido que la portería era su hábitat. Pero su techo, a día de hoy, está desconocido. "No es algo en lo que me enfoque, vivo al día, mi foco de atención pasa por los estudios de psicología, que estoy en tercero de carrera, aunque me he puesto objetivos personales, porque poco a poco te lo vas creyendo", reconoce.

Felicidad en Aranda

Guitart lo ha encontrado todo en Aranda. "Me siento integrado en el club, en la ciudad, y con la afición. Siento mucha felicidad. Cuando corean mi nombre me recuerda a que estoy en casa, en mi lugar. Me da seguridad. Pero a veces sí genera el pensar 'tengo que seguir, no puedo defraudarles'. Yo llegué pensando que iba a firmar mis dos años porque el balonmano era una excusa de viajar y ver mundo. Ahora se me ha complicado", ríe. Pero estar en la escuadra amarilla le ha dado mucho más que un gran rendimiento deportivo. "Es el mejor sitio para estar tanto a nivel personal como deportivo, y lo ha cambiado todo en mí. Aquí veo nivel competitivo, pero también estoy creciendo como persona por las personas con quien convivo en el día a día. No he visto nunca una mala cara", añade.

Con el objetivo de seguir sumando retos y sueños, Guitart sigue enfocado en dar lo mejor de sí mismo. Ilusionando al que se cruza con él por la calle y le felicita. Porque en Aranda el balonmano es mucho más que un deporte. Es una forma de vida, y una oportunidad que él supo aprovechar.

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La charla al completo con Pau Guitart y test incluido al final, puede reproducirse al completo en el audio superior.