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"¿Te mato, o te doy dos puñaladas?": el desgarrador relato de una víctima de violencia machista en Aranda de Duero

Esta mujer, que confiesa haber estado cerca de morir asesinada, desgrana con todo tipo de detalles el sufrimiento que vivió durante años con su ex pareja

El desgarrador relato de una víctima de violencia machista en Aranda de Duero

El desgarrador relato de una víctima de violencia machista en Aranda de Duero

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Aranda de Duero

Hay relatos que estremecen al ser escuchados. El ser humano activa un sentimiento que debería utilizarse más a menudo, como la empatía, y se pone en la piel de quien relata una historia. Pero esta es dura, muy dura. De imaginar, pero más aún de vivir. Proviene de una mujer arandina que durante mucho tiempo sufrió maltrato físico y psicológico por parte de su marido. En su testimonio, que se atreve a contar abiertamente en la SER en nuestro tiempo 'Enterradas en Vida' -con voz alterada y modificada por protección-, cuenta episodios, sentimientos y reacciones extremadamente duros, pero que guardan mucho paralelismo con aquellas que tristemente, han sufrido lo mismo. Muchas como nuestra protagonista, tras denunciar, pueden contarlo. Otras no llegaron a tiempo. Gracias a la Policía Local y a su departamento especializado, encabezado por Lourdes, visibilizamos esta dura realidad que sigue, como ya ven, muy presente en nuestra sociedad.

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"Abrió a la Policía tan tranquilo tras coger un cuchillo"

"El día que puse la denuncia estaba en casa y él apareció. Muy nervioso. Empezó a destrozar toda la casa, yo estaba en el sofá. Él fue a recoger a los niños al colegio, los dejó en casa de su madre, y vino directo. No sabía ni que tenía llaves. Me daba golpes al lado de la cara en el sofá. Y me repetía... '¿Y ahora qué hago, te mato, o te doy dos puñaladas? Volvía, me daba, y mientras estaba atemorizada en el sofá, se fue a la cocina y escuché cómo abría el cajón de los cuchillos. Y no sé cómo, pero justo en ese momento, por suerte, llegó la Policía a mi casa. Y él abrió. Es que abrió tan tranquilo dejando el cuchillo en la mesa del hall. Yo estaba acurrucada, temblando. Él les dijo que estábamos discutiendo como una pareja normal. No sé de dónde saqué las fuerzas pero me levanté, fui, y dije 'ya no estamos juntos'. Fue lo único que me salió. Se lo llevaron. Si no fuera por eso, hoy no estaría aquí", explica.

Esta víctima especifica muchos hechos que afloraron durante todo ese tiempo previo hasta el momento de ejercer la denuncia. Episodios de ser agredida física, pero también verbalmente. Él le hacía creer que todo cuanto ocurría era culpa de ella. "Me separó de amigos (...) me decía que era una zorra, que seguro que me la estaban metiendo por ahí, y delante de mis hijos. Y yo me preguntaba por qué, si solo le quería a él, si solo estaba en casa o en el trabajo", cuenta. Y todo ello, de puertas para adentro. Porque él fuera, era una persona aparentemente encantadora. Por eso, nuestra protagonista temía que cualquier ruptura familiar se le achacara a ella.

Los hijos y el entorno

Esta mujer relata cómo sus hijos le levantaban del suelo cuando sin motivo aparente él la empujaba al cruzarse por el pasillo. Cómo ante la cercanía de la comunión de su hija, él -con orden de alejamiento- le escribía diciendo que iba a ir a su casa "a hacerte lo de la última vez". La Policía en minuto y medio estaba allí. Y su hija, de ocho años, entre tanto le decía "tranquila mamá, que antes de que te toque a ti, me tiene que tocar a mí". Todo esto es lo que demuestra que precisamente por los hijos, hay que actuar y denunciar. No callarse.

Su familia también se enteró de todo. Aunque no porque ella lo contara. "Yo cambié mucho psicológica y socialmente, aunque fue poco a poco. Aguantaba pensando que el sufrimiento sería solo un ratito. Él me convencía de que yo no contaba con nadie en la vida, solo con él. Que todo lo que tenía y conseguía, era por él. Necesitaba su aprobación. Y que no tenía que permitir que mi madre se metiera en mi vida. Pero una madre se da cuenta de las cosas. En verano llevaba jerseys para que no se me viera los moratones de la paliza que me dio. Y me metió en el baño y me lo quitó. Le dije que me había caído. Me puse a llorar. Me preguntó por qué no había contado nada. Y que había que ir a la Policía. Yo solo pensaba, pese a todo, en protegerle a él. Cuando denuncié, en el juicio dije que sí era buen padre. Tenía una imagen de él de amable, risueño... Lo que era fuera de la calle. Y sentía que yo me merecía esas palizas. Porque te acostumbras, lo normalizas. Cambian los buenos días por un hija de puta", desgrana.

El futuro

Esta mujer pensó que nunca volvería a enamorarse de alguien. Por la dependencia, por el sufrimiento. Por el control que ha normalizado. Pero se equivocó. Porque el amor es sano. "Tuve miedo de querer. Pero he entendido que quien te quiere, te quiere bien. Que querer es cuidar, no maltratar. Me siento bien, preparada para querer, y para que me quieran", valora.

Nuestra protagonista se sintió protegida al salir de esa primera visita a la Policía Local. “Nunca se me olvidará. Lourdes me ayudó muchísimo. Su mirada me transmitió paz, seguridad... No te juzga, te entiende. Te dice cosas que sientes y no lo sabías. La Policía te apoya, te escucha, y es muy importante sentir que tienes alguien que no te juzga. Y necesitas apoyo. Porque denunciar no es salir de eso. Es después cuando necesitamos ayuda", explica la víctima, entre que su 'salvadora', Lourdes, revela que otros testimonios en este mismo espacio fueron los que animaron a esta mujer a acercarse a comisaría. "En un principio vienen para informar, para tratar de entender lo que viven en su relación, no para denunciar", explica quien está al frente de este departamento en la Policía Local de Aranda.

Un mensaje final

Como cierre, esta mujer, que ya ha podido recuperar su vida, su sonrisa, y su futuro, manda un mensaje muy fuerte. "Todas las chicas que estén así, quiero que sepan que pueden salir adelante. Hay que ser conscientes de que tenemos que luchar por nosotras mismas. Y no hay que aguantar ni normalizar lo que te pasa. Se puede", sentencia.

La entrevista al completo en este espacio de Hoy por Hoy Aranda, con Valentín García, puede reproducirse en el audio superior. Si sientes muchas coincidencias en esta historia con tu pareja, o vives una situación parecida a la de esta víctima, recuerda que el 016 es un teléfono gratuito de atención a todas las formas de violencia contra las mujeres, y que no deja rastro alguno.

Jorge Alvarado

Jorge Alvarado

Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...

 

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