El Villa de Aranda está de cumpleaños: 25 años de pasión, sacrificio y alegrías para el recuerdo
En el aniversario del club, que atraviesa uno de sus mejores momentos a nivel social, nos citamos con dos de los precursores del equipo para recorrer su historia

El Villa de Aranda está de cumpleaños: 25 años de pasión, sacrificio y alegrías para el recuerdo
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Aranda de Duero
Este viernes 11 de abril el Villa de Aranda sopla las velas. Hace 25 años un grupo de jugadores y apasionados por el balonmano decidieron crear su propio club, contando con el beneplácito del consistorio, y el empuje de una afición que fue creciendo con el paso de los años. En apenas un par de temporadas el Weimar, denominado así por aquel entonces, se metió en la fase de ascenso a Plata. Logró el pase frente a Granollers, y llegó a la final de Elda.
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Difícil no disfrutar con un partido que queda para la historia del deporte arandino. Porque en tierras alicantinas Aranda, que había ganado de dos en la ida, vio como su ascenso se esfumaba. Hasta que sucedió lo impredecible. El 'milagro de Elda', y el gol de Chomin. "Mételo por tu padre...", pedía nuestro compañero Valentín García en aquella retransmisión que también pasó a la historia. Ese fue el germen de lo que hoy es el Villa de Aranda.
Más de una década después, y tras haber jugado no pocas temporadas en lo más alto, pero también haber sufrido descensos y situaciones muy delicadas, el Villa de Aranda se ha convertido en el equipo de la ciudad. Un partido es un acontecimiento deportivo, pero también social. El pabellón se completa en cada partido, la afición se reparte entre los de toda la vida, la juventud que en masa está metiendo el ADN amarillo y hace pensar en un futuro prometedor, y muchos otros descubridores y amantes de un buen ambiente que ha hecho del Santiago Manguán un templo del balonmano.

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Los inicios
Pero para que esto sea una realidad, primero tuvo que organizarse ese grupo de jugadores que eran directivos, jugadores, y hasta taquilleros si hacía falta. Dos de ellos, Chomin y Guayo, nos acompañan este viernes en la SER hablando de los inicios.
"La situación que atravesaba el balonmano en Aranda no era la deseada. Un grupo de gente nos metimos en un embolado estupendo sin tener un duro. No sé cómo decidimos tirar para adelante, pero hicimos las cosas más con corazón que cabeza. Ha habido momentos para todo, y después de 25 años pues en ASOBAL, con una afición enganchada como nunca, muchos niños y niñas haciendo balonmano que eso era impensable cuando empezamos... Fue todo corazón, se volcó en su momento toda la sociedad arandina, y la corporación nos ayudó como ahora, y estamos ahora pilotando un transatlántico, con 25 trabajadores, y una masa social envidiable y una junta directiva que es puntera a nivel regional y nacional", explican ambos, reconociendo que aunque los malos momentos duelan y sean mayores que los buenos, esos últimos pesan y recompensan más.
El pollo
Las risas llegan cuando les preguntamos por el escudo. "El año que creamos el club fue el campeonato del mundo de Japón y la mascota o algo parecido la ponía imagen, y digamos que la hicimos un poco nuestra. Cambiamos un poco el pollo, el pico, y al final fue así. Siguió para adelante", comentan.
La charla al completo con Chomin y Guayo, dos pilares de este club donde pesa mucho el amor a un deporte, a un color, y que se resume como "un ADN", puede reproducirse en el audio superior.

Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...




