Lleva un paquete con el contenido equivocado y la emprenden a golpes con ella: denuncian el "abandono" a una trabajadora de Correos

El trabajo puerta a puerta siempre conlleva riesgos. Sin embargo, lo que ha sufrido una trabajadora de Correos que realiza repartos a domicilio en Peñafiel ha terminado en sede judicial. Según ha denunciado la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) los hechos sucedieron el pasado año, cuando esta mujer acudió a un domicilio en dicha localidad donde tenía que entregar un paquete a uno de sus residentes.

Una vez abrieron la puerta, "los receptores, todos de la misma familia, trasladaron su enfado porque el contenido no era lo esperado o lo que habían pedido, según dijeron, y la tomaron con la empleada de Correos, a la que propiciaron golpes y le rompieron las gafas", según indica el sindicato. La víctima aviso de inmediato a las autoridades policiales donde interpuso la correspondiente denuncia.

Según han indicado, la agresión no solo supuso daños físicos corporales y materiales, sino que -aún más preocupante- “también un profundo impacto emocional y psicológico. A toda esta situación, añade CSIF, se suma la actitud de la empresa pública Correos que dejó sin apoyo ni cobertura legal para todo el procedimiento jurídico, sin el respaldo de la entidad para la que presta servicio: "La empresa no solo no le ha proporcionado apoyo psicológico sino que le ha dejado totalmente desamparada y sola a nivel judicial" indica María José San Román, presidenta de CSIF en Valladolid.

El sindicato independiente ha remitido un escrito a diversos responsables de Correos con fecha de 8 de abril, entre ellos, al jefe de Relaciones Laborales del Área del Noroeste, y al subdirector de relaciones laborales y Asesoramiento de la Sede Central, en el que se exige el abono de la asistencia jurídica y la defensa de la trabajadora; atención psicológica; así como la mejora de las condiciones de seguridad en zonas de reparto conflictivas, con medidas efectivas para garantizar un entorno laboral libre de agresiones y amenazas. “La protección de la plantilla debe ser una prioridad real, no una declaración vacía. Exigimos hechos”, añade San Román.

Por ello, la organización sindical pide a Correos que haga cumplir el protocolo que existe para zonas conflictivas de reparto, como sucede en este caso. La solución de realizar patrullas de dos carteros para propiciar una mayor seguridad es “insuficiente y no es una solución” según aseguran, porque, por otra parte, quita recursos de personal en otras rutas de la unidad de Peñafiel, en la que solo trabajan seis repartidores: “La situación exige otras acciones y medidas preventivas”, concluye CSIF.