Sin datos ni procedimientos: la carrera de obstáculos que sufren las personas con discapacidad intelectual y adicciones
La vulnerabilidad se incrementa aún más cuando se trata de personas con discapacidad en el medio rural.

Suben los impuestos de bebidas alcoholicas y azucaradas / Getty Images

Una carrera de obstáculos. En eso se convierten estas jornadas festivas para las personas con adicciones. Viven y conviven en un mundo en el que la aceptación social de estas drogas está a la orden del día, sean adictas a sustancias o a otros elementos como las pantallas.
Sin embargo, aquellas personas que, además tienen algún tipo de discapacidad intelectual. La falta de datos, formación o programas adaptados para conocer de qué manera tratarles, se termina convirtiendo en una doble barrera.
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Para intentar frenarlo, Plena Inclusión y la Fundación Aldaba Proyecto Hombre se han unido para iniciar un estudio que permita conocer datos sobre las adicciones en este colectivo. Aunque existen guías de lectura fácil por parte de la Junto, estas siguen siendo insuficientes para poder dar con una atención integral: "La mayor barrera en muchas ocasiones es definir programas que parten con modelos cognitivos conductuales que son difíciles de aplicar en personas con discapacidad intelectual y esas dificultades son muy evidentes. Esa adaptación pretendemos mejorarla y desarrollarla" , explica Ana Belén Sevillano, técnico de Plena Inclusión en Castilla y León
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Ana Belén Sevillano, técnico de Plena Inclusión en Castilla y León
Como ocurre con el resto de la sociedad las edades de inicio de consumo son cada vez más tempranas, junto a nuevas adicciones como las bebidas energéticas o las pantallas de dispositivos electrónicos: "El alcohol está muy aceptado, también en las personas con discapacidad, pero las bebidas energéticas también puede afectar al tener un efecto eurorizante en quienes tienen que tomar una determinada medicación. Las edades de inicio de consumo son algo más altas, pero sigue preocupando", explica.
Desde las entidades sociales se hacen formaciones y charlas a afectados, pero también a familias. Ahora, tratan también de formar a profesionales para que su apoyo reduzca esta doble vulnerabilidad.
El medio rural, aún peor
Pero si hay una barrera aún más fácil de encontrar esta es la del medio rural. Los jóvenes con discapacidad física y orgánica cuentan con menos recursos en estas zonas a la hora de acceder a servicios como sanidad o educación. Desde la Confederación de personas con discapacidad COCEMFE alertan de que cuesta encontrar profesionales que estén especializados a trabajar en el medio rural debido a la dispersión geográfica de esta comunidad.
Una situación que desemboca en personal con menos formación para tratar estos asuntos y que puede desembocar en situaciones de discriminación: "Es difícil el modelo de convivencia en el aula con niños o niñas con discapacidad porque hasta el 40 por ciento de menores han podido sufrir algún tipo de discriminación. Es importante que todo el entorno pueda poner freno a estas situaciones de discriminación que pueden poner en peligro sus vidas", indica Asunción de Elorduy, gerente de Cocemfe en Castilla y León.
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ASunción de Elorduy, gerente de Cocemfe en CyL, sobre la discriminación a alumnado con discapacidad
El número de menores con algún tipo de discapacidad sigue aumentando en la comunidad. Actualmente en Castilla y León son más de 6.000 las personas que pertenecen a este colectivo en la franja que comprende los 0 y los 18 años.

Diego Villacorta
Es periodista y cubre información local y autonómica