Los profesores piden más medios para los coordinadores de convivencia y prevenir así el acoso escolar
La Junta de Personal Docente advierte de la dificultad añadida que supone el salto del acoso a las redes sociales

Los profesores pide más medios para los coordinadores de convivencia y prevenir así el acoso escolar
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Valladolid
En el Día contra el Acoso Escolar, los profesores piden más formación el personal educativo, de manera que se detecte antes y se pueda solucionar de una manera mas sencilla.
El presidente de la Junta de Personal Docente de Valladolid, Pablo Redondo, asegura que el acoso escolar ha ocurrido siempre, pero que las redes sociales y los dispositivos móviles lo han complicado todo: "es que es muy difícil de detectar por parte de los adultos que trabajamos con los chavales, tanto las familias como el profesorado, y ese ciberacoso lo complica más".
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Existen protocolos que buscan atajar el problema; se denominan 'PAR': parar el acoso, apoyar a la victima y reeducar al agresor. Y en este proceso es fundamental también el trabajo con las familias, que muchas veces no son conscientes de lo que ocurre, tanto en el caso del agresor como del agredido.
Además, esos planes de convivencia, incluyen una figura, la del coordinador de convivencia, para la que también reclaman más medios: "Esa figura es la que habría que reforzar con más horas en las que pueda estar despejado de su tarea docente, de dar clase, y dedicarse a resolver conflictos, mediar e implementar medidas que mejoren la convivencia".
Los últimos datos proporcionados por la consejería de Educación de Castilla y León señalan que en el curso 2022-23 hubo en Valladolid 16 casos de acoso escolar a los que se añadieron tres más de ciberacoso.
El protocolo
El protocolo escolar en Castilla y León fue elaborada en 2017; según la orden publicada en el Bocyl, "El Decreto 51/2007, de 17 de mayo, regula los derechos y deberes de los alumnos y la participación y los compromisos de las familias en el proceso educativo, y establece las normas de convivencia y disciplina en los centros educativos de Castilla y León".
En la exposición de motivos se recoge la "especial preocupación que provoca en la comunidad educativa y en la sociedad en general, la existencia de conflictos en el ámbito escolar, y la exigencia de una respuesta adecuada por parte de los poderes públicos".
La orden contempla que los centros puedan contar con su propio reglamento donde se recoja la forma de actuar ante situaciones de conflicto, con sus propias normas de convivencia y conducta, y en las que se concretarán, entre otros aspectos, los procedimientos y medidas para la prevención y resolución de conflictos.
Qué es el acoso
Tal y como señalaba el propio Redondo, no todos los casos de conflicto en el ámbito escolar se consideran acoso; de esta forma, el protocolo recoge que, en el análisis y valoración de la situación se tendrá en cuenta la presencia de varios aspectos en la relación víctima-agresor para ser considerado caso de acoso escolar.
El primero de ellos es la intencionalidad: "La agresión producida no constituye un hecho aislado, se dirige a una persona concreta con la intención de convertirla en víctima. Aunque la víctima no provoca la situación, existe intención expresa de hacer daño por parte del agresor o agresores."
Le sigue la repetición, es decir, que la agresión sea constante y prolongada en el tiempo, con repetición y combinación de conductas de agresión física, verbal o psicológica, directa o indirecta, de manera que en la víctima, además de sufrir de forma continuada, se genera la expectativa de continuidad en el maltrato y de ser blanco de futuros ataques.
Además el contexto social en el que se desarrolla suele ser estable, el grupo de iguales o el centro educativo, disminuyendo las posibilidades de salir de él.
Desequilibrio
También requiere un desequilibrio de poder, dado que en la agresión se produce una desigualdad de poder físico, psicológico o social, que genera un desequilibrio de fuerzas en las relaciones interpersonales: "La indefensión de la víctima, la asimetría entre las partes, con el establecimiento de un esquema de abuso de poder desequilibrado entre víctima y agresor o agresores".
También se recoge la indefensión y personalización, dado que el objetivo de la agresión suele ser un solo alumno, que es colocado de esta manera en una situación de indefensión: "La víctima vive el acoso como una experiencia extremadamente dura, para cuya superación no dispone de los recursos necesarios".




