Aranda es de ASOBAL

Aranda de Duero

Desde hace muchos meses se veía venir el desenlace, pero no por oficial deja de ser único y especial. El Tubos Aranda Villa de Aranda confirmaba este sábado con un triunfo de raza y pese a un arbitraje pésimo su permanencia matemática en ASOBAL, en una fiesta local constante, y para no variar, con una demostración de raza y superación ante las adversidades.

Inicio de choque muy igualado y de tan solo dos goles en los siete primeros minutos, con algunas decisiones muy discutidas con los colegiados, que ya empezaban a mostrar lo que se venía, y un partido en el que tras esa aparente tranquilidad, se pasó a un duelo más eléctrico, con intercambio de goles y con el comando de Santi Mosquera y Pau en la retaguardia. Igualdad en el electrónico y también en las precipitaciones. Hasta que Megías y Tamayo pusieron ventaja (8-6).

La alegría duró poco, porque en unos minutos la situación se tornó en contra de un Aranda más espeso, que vio cómo Puente Genil le daba la vuelta a esa buena situación con un gran parcial (10-11). Cinco minutos para el descanso. Y tiempo muerto de Javi Márquez que le sentó bien al equipo. Pese a alguna rigurosa decisión más, igualdad (12-12) y tiempo muerto visitante en el último minuto. Buena defensa ribereña y tanto en la última jugada de Dalmau para irse a vestuarios con ventaja (13-12).

Fortaleza para sobreponerse a las decisiones

El inicio de la segunda parte también estuvo marcado por una baja eficacia de cara a puerta por parte de ambos. Pero también por las rigurosas decisiones de los colegiados que hacían su acto de presencia cada vez que Aranda tenía opciones de romper el marcador. Sacaron roja a David López, y anularon el 19-16 a Pol Roy, brindando siete metros a un Puente Genil que se sostenía así en el marcador.

Hasta que el animal Pau Guitart y los goles de Pinillos y Arthur Pereira rompieran el partido, forzando el tiempo muerto de Puente Genil a falta de 15 minutos para el final (19-17). Pero el show de La Persiana siguió su curso con nuevas paradas que, sumadas a las buenas acciones en ataque de los ribereños, brindaron ventaja máxima (22-18).

Pero nuevamente las decisiones arbitrales, muy discutidas, ponían en jaque la victoria local. Ni siquiera el balonazo que se llevó uno de los colegiados alivió la tensión de lo que se estaba viviendo. Así, a falta de seis minutos y no sin una exclusión discutida, Puente Genil se ponía a uno (24-23). Tiempo muerto de Aranda.

Éxtasis final

A partir de ahí, nuevamente todo un auténtico ejemplo de lucha en comunión. La de un equipo en mayúsculas que, en compañía de una entregada afición, remaba en favor de un triunfo que se dio sin contemplaciones, con eficacia en ataque y defensa (28-25). Nada pudo con Aranda. Siempre fue de ASOBAL.