El lento y (casi) inevitable languidecer del patrimonio en el medio rural
Asociación por el Patrimonio de Valladolid pide un plan integral y que se cumpla la ley

Estado actual de la Cartuja de Aniago, en Villanueva de Duero, Valladolid, otro ejemplo de deterioro del patrimonio rural / Carlos Belloso

Valladolid
La despoblación y la falta de inversión en el mantenimiento del patrimonio más alejado de las ciudad pasa factura; la última se ha cobrado el castillo de Canillas de Esgueva, que ya forma parte de la lista roja del patrimonio de Hispania Nostra.
Una situación "alarmante" para la Asociación por el Patrimonio de Valladolid, que cree que faltan medios y voluntad real por parte de las administraciones para mantener el patrimonio.
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Miguel Ángel García Velasco, de la Asociación por el Patrimonio de Valladolid, explica los problemas que acarrea la despoblación para el patrimonio cultural de la comunidad
Miguel Ángel García Velasco, miembro de este colectivo, advierte de que la despoblación tienen sus efectos inmediatos también en el patrimonio ubicado en el medio rural: "La despoblación provoca que falten medios materiales y humanos; los ayuntamientos son muy pequeños y no llegan y se necesita la figura del voluntario, aunque tampoco tiene los medios suficientes".
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Reclaman que se valore más la figura del voluntariado, las asociaciones y los ciudadanos que alertan, cuidan, vigilan y conservan el patrimonio. Es más, recuerdan que la recientemente aprobada ley de Patrimonio de Castilla y León, se olvida totalmente del movimiento civil y asociativo como apoyo fundamental para la conservación patrimonio.
Plan integral
También creen que es imprescindible elaborar un plan integral donde se recojan todos los bienes culturales de la comunidad, con su estado y sus necesidades... y que se cumpla la ley: "Que haya un plan de gestión, actuación y mantenimiento de los bienes que existen. Y en el caso de los privados, hablar con la propiedad para conocer la situación".
Al respecto, recuerda que los dueños de Bienes de Interés Cultural están obligados a mantenerlos y también a contar con un horario determinado que permita enseñarlos al público, cosa que, dicen, tampoco se está cumpliendo y lo contempla la ley.
Canillas de Esgueva
Tal y como informa Hispania Nostra en su web, en 1426, Canillas pertenecía de Pedro de Zúñiga. Años más tarde, hacia 1466, Diego López de Zúñiga mandó construir el castillo que en 1571 fue vendido por Francisco de Zúñiga. Pasó a ser propiedad de Antonio del Río Aguilar, futuro conde de Encinas en 1575.
A finales del siglo XVI fue evaluado por diversos maestros de cantería, apuntando estos que sólo servía como cantera. En 1880 seguía perteneciendo a la familia Aguilar y continuaba en estado de ruina ocupando unos ochenta metros.
Se conoce la existencia de bodegas nuevas en el ámbito del castillo en 1860. En 1972 se derrumbó la pared sur, la única que se conservaba en esas fechas.
¿Cómo era?
El castillo contaba con una torre de cantería, barbacana de tapial y estaba abovedada. En la actualidad, se trata de una ruina de lo que en otro tiempo parece que fue un castillo de uso residencial.
Se conservan únicamente dos pilares que reforzaban las esquinas de la torre del homenaje y algunas piedras del lienzo que hasta 1972 los unía.
Muchas de las piedras han sido objeto de expolio durante años, así como los propios cimientos del castillo, según se pudo comprobar en una excavación realizada en 2020 por encargo de la Junta de Castilla y León.
Hispania Nostra finaliza con una advertencia: "Se encuentra en estado de ruina. El estudio arquitectónico realizado confirma el riesgo de colapso si no se interviene de forma inminente".
Cartuja de Aniago
Otro ejemplo claro del abandono del patrimonio cultural en el medio rural es la Cartuja de Aniago, la única cartuja que hubo en la provincia de Valladolid, que aguanta como puede el paso del tiempo en el municipio vallisoletano de Villanueva de Duero.
Comenzó su construcción en 1441 por mandato de María de Aragón, la reina de Castilla entonces, y su declive vino de la mano de la desamortización de Mendizábal de 1836.
Es entonces cuando pasa a manos privadas y cuando comienza su declive. Los dueños no han atendido a este importante vestigio patrimonial y tampoco se puede actuar en ella por su carácter privado, que hace que incluso para visitarla haya que pedir permiso.
Lo que queda
Apenas quedan paredes en pie de lo que fue el templo y el claustro, si bien hay aún edificios que por haber sido destinados a almacenes agrícolas se mantiene en mejor estado de conservación.
Destaca la iglesia: un edificio de una sola nave orientada al este, con muros de sillería hasta el arranque de las ventanas y continuados en ladrillo; su cabecera , reforzada por contrafuertes en los ángulos y ventanales de arco apuntado, debió construirse en la época del obispo Vázquez de Cepeda, completándose en el último cuarto del siglo XV con una larga nave iluminada por similares ventanales, respetando el mismo estilo austero. De la cubierta abovedada de la iglesia apenas queda algún elemento de sus bóvedas de crucería y un arco toral.
Lista Roja
La cartuja de Aniago está incluida desde 2007 en la Lista Roja de Hispania Nostra, una relación que recoge aquellos elementos del patrimonio cultural español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, con el objetivo de darlos a conocer y lograr su restauración.
Desde entonces, nada se ha avanzado, salvo la creación de la Asociación de Amigos de la Cartuja de Aniago, que vio la luz en 2021 y que busca dar a conocer esta importante parte del patrimonio de la comunidad.

Beatriz Olandía
Es redactora en Radio Valladolid y edita los informativos Hora 14 Valladolid y Hora 25 Castilla y León....




