Agreden, pero no borran la memoria

Palencia

El ultraje a la Memoria Histórica en la Carcavilla pone de manifiesto una vez más la obsesión de unos pocos contra simbologías representativas de la represión del franquismo. Sin embargo, resulta imparable la sucesión de cementerios, monumentos y museos erigidos en lugares de memoria que crecen a muchísimo mayor ritmo que las actividades delincuenciales de individuos y grupos organizados que tratan de enterrar el pasado. Sorprende el silencio de ciertas posiciones políticas locales sobre estos hechos y que a la vez reivindiquen el mantenimiento de nombres franquistas en calles y plazas.

Ahora buscamos saber la verdad y dignificar a quienes padecieron aquellos crímenes. La memoria es reparación, honra a las víctimas y desprecia a quienes cometieron actos abominables. Y sólo desde la memoria estaremos alerta ante nuevos peligros, por muchos años que pasen.