Aranda es de otro planeta

Aranda de Duero

Ir al Santiago Manguán no solo es sinónimo de pasarlo bien. Es también una experiencia sensorial que se extrae de un equipo que tiene garra. Que lucha hasta el final como reza su propio lema. Que no da una bola por perdida. Y que si tiene que ganar en el último segundo, lo hace sin miedo. Fue lo obrado por el cuadro de Javi Márquez este sábado en una fiesta que ya comenzó a media mañana con la paellada de las peñas y el ambiente que se respiraba en una mañana soleada.

Primeros minutos de mucha igualdad sobre la pista pero también de algunas imprecisiones. Cuando Cuenca quiso meterse en partido, fue Aranda quien reaccionó. Brutal inicio ofensivo bajo el liderato de Dalmau Huix con hasta cuatro goles, copando las estadísticas. Buenas paradas de Max Vyunik (jugó casi todo el partido) y recuperaciones para coger distancia y tomar aire (8-5). Buen inicio. Aunque el cuadro conquense reaccionaba acercando distancias (8-7), y logrando la igualada en el 18’ (9-9).

La igualdad era una realidad en el marcador pero Aranda no se sentía ni mucho menos inferior. Crecimiento defensivo, nuevamente fortaleza arriba tras un intercambio de golpes con los tantos de Roy y Samu, las paradas de un Max muy inspirado, y los goles de Arthur y Rubén sacando además exclusión al rival, para volver a coger distancia (14-11). Encaminado. Supieron aguantar la renta los locales con el ataque de Berbel, para marcharse dos arriba al descanso (16-14).

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Cuenca se crece

Inicio goleador en el segundo tiempo con un Tubos Aranda lanzado que a los dos minutos ya había ampliado con los goles de Dalmau y Megías el marcador (19-15). Sin embargo, un mal momento de los locales vino a continuación, propiciando la cercanía de los conquenses, no dispuestos a rendirse (20-19).

Costó coger distancia porque los manchegos no fallaban. Pero cuando lo hicieron, los ribereños cogieron el testigo y con el tanto de Megías (25-22) volvían a adueñarse de los puntos momentáneamente. Pese a una doble exclusión del propio capitán y de Pereira (muy protestada por el brasileño) el tiempo muerto de Javi Márquez cortó de raíz la posible respuesta manchega, y David López y Tamayo al frente dieron tranquilidad (27-24).

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Pero el peor momento del partido llegó. Cuenca fue capaz de darle la vuelta al marcador con soltura (29-31). No fallaban una. Seis minutos por delante para buscar la remontada.

No es un milagro, es Aranda

Lo que pasó a continuación no tiene mucha explicación. Salvo que el ADN del Villa de Aranda es de levantarse cuando peor pinten las cosas. A pesar de las decisiones rigurosas de los colegiados, se obró el empate con varios siete metros que no falló Arthur. 34-34. Ataque para Cuenca, que por segundos fue uno más sobre la pista. Tiempo muerto visitante. Y cuando apenas quedaban segundos, con aviso de pasivo, buena defensa amarilla empujada por un pabellón entregado y final apasionante. Ataque cortado por una falta excesivamente fea de Cuenca sancionada con dos minutos. Restaban cinco segundos en el crono. Jugada trenzada con superioridad, bola para Pinillos, pase a Dalmau y el catalán hasta la cocina. 35-34. Espectacular. Fiestón en el pabellón.

Con esta victoria, Tubos Aranda cimenta con 26 puntos la posibilidad de creer en la octava plaza. Los de Márquez cierran la liga en Barcelona el próximo viernes y el último domingo de mayo ante Huesca en el Manguán.