Condenado un policía berciano a 2 años y 6 meses de cárcel por estafar más de cien mil euros a otro agente jubilado con deterioro cognitivo
Habían coincidido en los años 80 en el cuerpo de Policía Nacional y el acusado visitaba a "su amigo" jubilado en una residencia de mayores de Toreno en la que estaba ingresado

Audiencia Provincial de León / J.Casares (Archivo Efe)

Ponferrada
La Audiencia Provincial de León condena a un policía nacional de 64 años y natural de Noceda del Bierzo a dos años y seis meses de prisión al considerarlo culpable de haber estafado a un excompañero de profesión suyo, otro berciano que estaba ingresado en una residencia de Toreno y al que sacó de sus cuentas bancarias más de cien mil euros, además de hacerse con la propiedad de fincas suyas y de su vehículo, aprovechándose de su deterioro cognitivo y de movilidad.
El magistrado de la Audiencia lo considera autor penalmente responsable del delito de estafa agravada por la cantidad sustraída, al superar los 50.000 euros establecidos en el código penal. Rebaja eso sí, en tres años y medio la petición de cárcel solicitada por el Fiscal y la acusación particular, al entender que el propio delito de estafa agravada deja ya fuera las agravantes de estafa continuada y abuso de confianza. Además, tampoco se tiene en cuenta su condición de funcionario público porque no se sirvió de su puesto de trabajo para ayudarse en el delito, según ha explicado a estos micrófonos el letrado de la acusación particular.
El policía tendrá que devolver ahora como indemnización los 101 mil euros que le robó con los intereses correspondientes, a los hermanos de la víctima, sus herederos, dado que el hombre falleció hace tres años y son ellos los que han ejercido la acusación particular contra el funcionario.
Las grabaciones de seguridad de los cajeros fueron determinantes para demostrar que en hasta 135 ocasiones el policía acudió a distintas entidades para sacar diferentes sumas económicas, entre seiscientos y mil euros, que sin embargo, durante la vista en la Audiencia, él aseguró que le entregaba a su amigo porque quería marcharse de la residencia para poder “vivir la vida” y pagar a prostitutas. El acusado también puso a su nombre varios vehículos y fincas del anciano de las que no constan documentos, operaciones que quedan anuladas, según recoge también el fallo. Por eso, más allá de la reducción de la pena de cárcel, el abogado de la acusación está satisfecho con la sentencia judicial, que considera "ajustada a derecho" y que no tienen intención de recurrir, aunque sí cree que será recurrida por el condenado.




