No hay cuentas que valgan: Unionistas de Salamanca tiene que ganar al Barça B para no descender

Salamanca

Después de no hacer los deberes ante el Tarazona este sábado, Unionistas de Salamanca afronta la última jornada con la imperiosa necesidad de salvar la categoría de Primera RFEF para salvaguardar la progresión histórica que viene realizando el club blanquinegro desde su creación en el año 2013. Un descenso supondría un golpe excepcional a las aspiraciones de Unionistas en la parte deportiva, social, económica y de infraestructuras (Reina Sofía).

Sirva como ejemplo que, cuando se pierde una categoría, hay subvenciones públicas que bajan considerablemente de dinero. La Segunda RFEF, del mismo modo, es poco atractiva para el espectador en relación a la Primera Federación, en la que militan clubes históricos incluso, o filiales de renombre, lo que también se podría traducir en un descenso en el seguimiento por parte de algunos aficionados hacia el primer equipo. Todo esto sumado a la inferior proyección mediática que ofrece una categoría considerablemente más floja que la división de bronce del fútbol nacional.

No hay que echar ninguna cuenta: solo vale ganar

Así las cosas, no hay que sacar calculadora alguna para encarar la finalísima por evitar el descenso: Unionistas de Salamanca debe ganar el partido ante el Barça B este sábado a las 19 horas en el Mini Estadi Johan Cruyff. Con una victoria, el conjunto salmantino se quedará en Primera Federación, y esa es la mentalidad que debe tener un conjunto incapaz de ganar durante este curso más de un partido fuera del Reina Sofía y que, por sus propios errores el pasado sábado ante el Tarazona, no ganó el partido pese a ser superior al conjunto procedente de Aragón.

De hecho, tan vital es la victoria que hay escenarios en los que si Unionistas empata y se pone con 47 puntos descendería. Eso pasará si los charros, el Lugo y el Real Unión obtienen 47 puntos, y Osasuna B gana su partido. En ese caso de triple empate, los blanquinegros se quedan por detrás en la clasificación y caen a Segunda RFEF, un drama que nadie quiere señalar.

Todo esto tiene de fondo un hecho tan desgraciado como histórico: en 2011, la extinta UD Salamanca a la que homenajea Unionistas perdió 5-1 en el Mini Estadi, y descendió desde Segunda a Segunda División B, lo que puso la piedra definitiva para la posterior desaparición del equipo albinegro.

El diario AS recogió así dicho encuentro: "El Salamanca se convirtió en equipo de Segunda B tras encajar una dolorosa derrota en el Miniestadi ante el Barcelona B, que cedió terreno tras el 2-1 de Bedia en el minuto 63 pero respondió a lo grande en los últimos diez minutos de partido, donde no tuvo piedad de un rival anímicamente hundido.

La única esperanza del conjunto charro, con el 3-1 en el marcador, era un posible empate del Albacete ante el Nàstic, pero no pudo ser. Los 300 seguidores salmantinos acabaron el encuentro visiblemente ''tocados'', todo lo contrario que los culés, celebrando el 5-1, la ''Champions'' y despidiendo a su entrenador, Luis Enrique".