El peluquero de Valladolid acusado por tráfico de drogas pacta seis años y 60.000 euros de multa
El acuerdo por el momento es parcial ya que el acusado no asume el delito de tenencia de armas prohibidas que también se le imputa

Una peluquera cortando el pelo en una imagen de archivo.

Valladolid
El empresario peluquero R.P.H, detenido en agosto de 2024 en Valladolid cuando portaba una mochila con más de kilo y medio de cocaína cuyo destino era el mercado salmantino, ha llegado a un acuerdo con el Ministerio Fiscal para asumir una condena de seis años de cárcel y una multa de 60.000 euros por delito de tráfico de drogas, en lugar de los ocho años y los 300.000 de sanción que inicialmente solicitaba para él la acusación pública.
El acuerdo alcanzado para asumir dicha pena, la mínima, por un delito contra la salud pública, en cantidad de notoria importancia, es aún parcial, ya que el encausado no asume el otro delito por el que también ha sido imputado, el de tenencia ilícita de armas, y por el que la Fiscalía le pide otro año y medio de privación de libertad, según informaron a Europa Press en fuentes jurídicas.
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Por ello, es aún una incógnita si el juicio previsto para este viernes se celebrará en su totalidad o por contra quedará reducido a una breve vista de conformidad, caso este último si minutos antes del inicio las dos partes personadas en la causa llegan también a un acuerdo respecto de la tenencia de armas, concretamente sobre un puño americano que se le intervino durante la detención y que está considerada un arma prohibida.
La detención se remonta al mes de abril de 2024 cuando agentes de la Policía Nacional de la Comisaría Provincial de Salamanca, en el marco de la 'Operación Fistol', dieron inicio a una investigación centrada en la persona del encausado, con domicilio en Valladolid, como consecuencia de distintos avisos recibidos en los que se apunta la posibilidad de que el investigado estuviera traficando con droga.
Fruto de tales pesquisas, los agentes actuantes pudieron comprobar que el sospechoso acudía en varias ocasiones a su domicilio portando una mochila que luego no llevaba consigo al salir, de ahí que se intensificaran las vigilancias hasta que el 26 de agosto del pasado año R.P.H. fue visto a bordo de un turismo con el que accedía a un garaje comunitario ubicado en la calle Arribes del Duero, momento en el que fue visto manipular algo en el interior de una mochila.
MARCADA CON LA INSCRIPCIÓN 'GUCCI'
Los agentes le interceptaron cuando se dirigía al portal y al registrarle la mochila descubrieron en su interior sendos envoltorios con 580,33 gramos y 983,89 gramos de cocaína valorado, respectivamente, cuyo valor global ascendía a 128.713 euros. El paquete con mayor cantidad mostraba un anagrama con la inscripción 'GUCCI' (normalmente los grupos organizados dedicados al tráfico de sustancias estupefacientes a gran escala marcan su 'mercancía' con algún logotipo con la finalidad de poder identificarlas como de su propiedad).
Junto a la cocaína, los funcionarios se incautaron de 50,15 gramos de levamisol, sustancia utilizada para el corte de la anterior y que, según entiende la policía, estaba destinada a abastecer a la capital salmantina durante las Ferias y Fiestas de septiembre.
Posteriormente, previa autorización judicial, se procedió al registro de su domicilio, así como a inspeccionar el establecimiento comercial y, de esta manera, se intervinieron otros 72,6 gramos de cocaína, 5.350 euros en efectivo, un vehículo, así como otros útiles para la comisión del delito. También se le ocupó un puño americano o llave de pugilato, de ahí el delito de tenencia ilícita de armas imputado.
Espacio oculto en el maletero
Además, se descubrió que el vehículo del encausado tenía un compartimento en el maletero que estaba destinado a ocultar las sustancias durante su transporte y a dificultar de esta manera su detección por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. A dicho espacio solo se podía acceder estando el vehículo encendido, con la marcha atrás puesta y accionando un pulsador situado en el borde del maletero, en su lateral izquierdo, oculto bajo la tapicería.
Las investigaciones comenzaron cuando se detectó la presencia de este hombre que frecuentaba periódicamente lugares conocidos policialmente por su relación con la venta al menudeo de sustancias estupefacientes, ubicados tanto en Salamanca capital como en el alfoz. Los investigadores establecieron la hipótesis de que esta persona podría ser una de las principales proveedoras de sustancias estupefacientes a determinados puntos de venta de Salamanca.
De esta manera, se confirmó que tenía su domicilio habitual en Valladolid, donde pasaba totalmente desapercibido al ser propietario de una peluquería, si bien cambiaba de domicilio con bastante frecuencia, posiblemente como medida de seguridad.




