El Colegio de la Abogacía de Palencia alerta sobre la falta de relevo generacional y la necesidad urgente de adaptación digital
Considera que se está poniendo en riesgo la sostenibilidad del ejercicio profesional tal y como se conoce hasta ahora

PALENCIA, 28/04/2023.- El decano del Colegio de Abogados de Palencia, Miguel Hermosa Espeso, . EFE/Almudena Álvarez / Almudena Álvarez (EFE)

Palencia
En un comunicado emitido tras su última Junta General, la institución colegial, del que se hace eco Confidencial Judicial, ha reconocido una “preocupación creciente” ante la progresiva disminución de jóvenes incorporándose a la abogacía en Palencia, mientras que una parte significativa de los colegiados actuales se aproxima a la jubilación. “Nos enfrentamos a una pirámide profesional invertida”, señalan desde la Junta de Gobierno, que advierte de las consecuencias que esto podría tener tanto en la atención a los ciudadanos como en la defensa del Estado de Derecho.
Desafección juvenil y desafíos económicos
Entre las causas del descenso de nuevas incorporaciones, el Colegio apunta a la combinación de factores como la escasa rentabilidad económica del ejercicio libre, el coste del Máster de Acceso y el “atractivo decreciente” que para muchos jóvenes representa una profesión tradicionalmente exigente, competitiva y cada vez más precarizada. La situación es especialmente grave en provincias como Palencia, donde el mercado legal es más reducido y las oportunidades profesionales más limitadas.
“El relevo generacional no está garantizado”, afirma un portavoz del Colegio, que alerta de que, de no tomarse medidas, en pocos años podría haber un déficit estructural de abogados en determinados partidos judiciales, especialmente en el ámbito del Turno de Oficio, donde el compromiso social es alto, pero las condiciones laborales siguen siendo un obstáculo.
Una profesión a contrarreloj para digitalizarse
Al desafío generacional se suma el reto de la digitalización, un proceso que para muchos despachos pequeños y profesionales autónomos supone un obstáculo tanto técnico como económico. El Colegio admite que aún existen resistencias al cambio, especialmente entre los abogados de mayor edad, que a menudo carecen de formación específica o recursos para asumir el salto digital que exige la justicia del siglo XXI.
“La adaptación tecnológica ya no es una opción, es una condición de supervivencia”, subrayan desde la institución, que reconoce que muchos profesionales “siguen tramitando expedientes como hace veinte años”, lo que puede redundar en pérdida de competitividad, dificultades para cumplir con los plazos judiciales digitalizados, e incluso sanciones derivadas de fallos procedimentales.
Iniciativas de apoyo y formación
Ante esta situación, el Colegio ha anunciado nuevas líneas de formación y asesoramiento en competencias digitales, destinadas especialmente a abogados veteranos y despachos unipersonales. Entre ellas, se prevé la puesta en marcha de talleres prácticos sobre herramientas de gestión documental, firma electrónica, plataformas judiciales telemáticas y ciberseguridad.
Además, la Junta de Gobierno ha reiterado su apuesta por atraer talento joven, para lo cual plantean establecer convenios con universidades, becas para el Máster de Acceso a la Abogacía y programas de mentorización con profesionales senior.
Una llamada a la acción institucional
Desde el Colegio se reclama también el respaldo de las administraciones públicas y del Consejo General de la Abogacía Española, para que impulsen medidas estructurales que permitan dignificar el ejercicio profesional, especialmente en el Turno de Oficio, y aseguren una modernización real del sistema de justicia que tenga en cuenta las particularidades del medio rural.
“El futuro de la abogacía palentina pasa por ser útil, ágil, digital y accesible, y para eso necesitamos cambios profundos, no solo en nuestros despachos, sino también en la forma en la que se gestiona la justicia en nuestro país”, concluyen desde el Colegio.
Mientras tanto, el Colegio de la Abogacía de Palencia se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia: evitar que una profesión fundamental para la garantía de derechos y libertades se quede sin quien la ejerza.




