Santa Catalina defiende sus valores

Aranda de Duero

La Asociación de Vecinos de Santa Catalina sale en defensa de los valores del barrio, que podrían haber quedado desvirtuados con un reportaje emitido la semana pasada en un conocido programa de salseo de una cadena de televisión, que hablaba de la oleada de reyertas que se han producido en determinados puntos de esta zona como algo generalizado y que, unido a algunos episodios de okupación ilegal de viviendas, mantiene atemorizados a todos sus habitantes, que se niegan a hablar de ello por miedo a represalias.

Este colectivo ha emitido un comunicado en el que bajo el título 'Mi barrio es el mejor', pone de manifiesto otra realidad que no vende para llenar reportajes sensacionalistas como ese, pero que habla de un barrio con unas raíces obreras, que ha evolucionado hacia una nueva realidad multicultural respetuosa entre los foráneos y los extranjeros.

El escrito comienza calificando de "exageraciones y mentiras" las que se vierten en algunos reportajes televisivos, de donde podría deducirse que "sus calles se han convertido en dispensarios de droga, y sus locales de ocio son lugares de violencia donde diariamente hay peleas a navajazos". Muy al contrario, Antonio Adeliño Vélez, habla de un barrio con historia y con valores, que no pueden quedar desvirtuados por una serie de episodios puntuales. Adeliño habla de los centros educativos del barrio, de su ambulatorio médico, los juzgados de Aranda y su comarca, las dependencias de la Guardia Civil, un templo de la iglesia católica y varios centros de culto cristianos, un centro de mayores muy concurrido en las tardes de invierno, tres supermercados que complementan a varias tiendas tradicionales, comercios, bares y restaurante y las expectativas de que llegue a esta zona de Aranda la extensión universitaria.

Sensacionalismo denunciable

En estos valores incidían también este lunes nuestros colaboradores habituales en Hoy por Hoy Aranda de la tertulia semanal, que denunciaban la distorsión de la realidad en un programa donde prima el sensacionalismo. El ex comisario de la Policía Nacional en Aranda, Joaquín Gomá Torres, lo expresaba con mucha ironía.

En la misma línea incidía Enrique García Agüera. El director de San Gabriel Ciudad de la Educación daba por hecho que el Ayuntamiento de Aranda habrá movido ficha para denunciar esta vejación del nombre de un barrio y, por extensión, del municipio, en un reportaje que distorsiona a su antojo la realidad.

Este es el comunicado íntegro de la Asociación de Vecinos de Santa Catalina:

Ante las exageraciones y mentiras que se vierten en algunos reportajes televisivos, donde se afirma que, en el barrio de Santa Catalina de Aranda de Duero, hay un gueto de personas marginadas; existe una barriada asaltada por okupas; sus calles se han convertido en dispensarios de droga, y sus locales de ocio son lugares de violencia donde diariamente hay peleas a navajazos, los vecinos de este barrio manifestamos que la realidad es otra yel barrio tiene un semblante más amable y acogedor para vecinos y visitantes, aunque, como en otros lugares, existan problemas localizados de esetipo.

Nuestro barrio con 7.000 habitantes, es el más populoso de Aranda y a la vez, el de dimensiones más reducidas, que creció debido al ingenio y al trabajo de autónomos y obreros que a partir de 1950 se asentaron en la zona este de Aranda de Duero.

Las circunstancias sociales han variado en la segunda década de este siglo, con la llegada de una numerosa población emigrante, pero no se han detectado problemas de racismo o xenofobia,y la convivencia es respetuosa entre los foráneos y los extranjeros.

En el barrio hay lugares de reunión, esparcimiento y recreo, para uso y disfrute de todo el mundo; y también hay centros sociales para el desarrollo de inquietudes deportivas, educativas o religiosas.

Contamos con un parque natural a orillas del río Arandilla, que tiene un paseo de ribera excepcional, donde se puede disfrutar del murmullo del agua y del trino de los pájaros. Dispone de zonas verdes con juegos infantiles y aparato de gimnasia para mayores y un excelente bar con amplia terraza para solazarse.

En el parque Príncipe de Asturias hay un pabellón polideportivo dedicado a nuestro vecino olímpico: Santiago Manguan donde se desarrollan competiciones de carácter internacional, y a su alrededor está el frontón, diversas canchas de baloncesto, balonmano y futbito, con pistas de petanca, bolos y tuta, sin olvidar un parque infantil que siempre está lleno de niños. Y al final de la calle Madres Bernardas, otro amplio parque recibe al visitante con los brazos abiertos para que pueda contemplar sosegadamente uno de los murales de gran tamaño que embellece el espacio, reflejando la realidad multicultural del barrio.

Y si hablamos de arte urbano, un sendero de murales jalona el barrio; diez de ellos decoran grandes fachadas y otros veinte, en lienzos más pequeños, adornan calles, plazas, parques y colegios.

Somos de dimensiones reducidas, pero acogemos un buen número de servicios públicos: 2 colegios de primaria, 2 institutos de secundaria, un ambulatorio médico, los juzgados de Aranda y su comarca, las dependencias de la Guardia Civil, un templo de la iglesia católica y varios centros de culto cristianos, un centro de mayores muy concurrido en las tardes de invierno, tres supermercados que complementan a varias tiendas tradicionales, comercios, bares y restaurante. Y dentro de pocos meses, contaremos con Universidad y una amplia plaza pública que nos permitirá realizar toda clase de eventos.

Singular es también su amplio tejido asociativo, con la asociación de vecinos muy activa proponiendo mejoras de obras y servicios para el barrio; la asociación de comerciante que dinamiza el comercio y hace atractivo el barrio adornándolo con murales; la cofradía, con su banda de música, que refleja la piedad popular en semana santa y lo largo de año litúgico; la asociación de niños discapacitados (ANDAR), con actividades instructivas y socializantes; el centro de mayores Santa Catalina, donde se reúnen los más veteranos del barrio para entretenerse, instruirse, reírse y hablar de sus cosas.

Y aunque somos muchos, como estamos muy juntos, nos conocemos casi todos. ¿A qué mi barrio mola?