Rafa Cubillo, una vida 'colgado' de la dulzaina

Ávila

Empezó bailando porque en cuando lanzaron clases de dulzaina en su colegio fue el único que se apuntó. La alternativa fue apuntarse al baile en el grupo de su hermana, en ese mismo colegio. Luego ya se pasó al instrumento. Y lleva ya 42 de los 50 años que tiene 'colgado' de la dulzaina.

Es Rafael Cubillo, una institución en el mundo de la dulzaina en su provincia, Valladolid, y por extensión en el resto de Castilla y León. Durante estas cuatro décadas ha hecho de todo en la música. Por supuesto, formar parte de grupos tradicionales con los que ha animado las fiestas y celebraciones de muchos pueblos.

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Pero también tiene grabada una ópera rock con la dulzaina, grabó también con el grupo vallisoletano de rock-punk Imperativo Legal, colaboró con otro grupo de música psicodélica, 'Rosas en blanco y negro', estrenó una pieza con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León para dulzaina y orquesta, estuvo un mes actuando en el Teatro de la Zarzuela de Madrid con la Orquesta y Coro de la comunidad madrileña,...

"Como llevo muchos años, he probado un poco de todo" dice en una entrevista en el espacio dedicado a la música tradicional en Hoy por Hoy Ávila. Pero a pesar de esa incursión en otros sonidos aparentemente alejados de la dulzaina, dice lo que más le tira es lo tradicional.

Lleva gran parte de su trayectoria formando parte del dúo 'Rafa y Fernando', con Fernando Zarzosa al tambor. También colabora con grupos de danzas, está en Dúlsica, un cuarteto de música antigua y en La Zarabandina, un grupo de música de calle.

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Y además enseña. Empezó como profesor en la Escuela de Valladolid en 1995. Actualmente, está en las de Íscar y La Seca y en Musicalia en Valladolid. Con un panorama distinto al que él vivió de joven. "Cuando yo empecé la cosa estaba parada. Pero ahora, sí hay gente que se interesa, que estudia. No se conforman con tocar un poquito. Hacen técnica y se interesan porque suene bien"

Rafa confiesa la influencia que tuvieron sus padres en los principios de su vocación musical. "Mas que vocacional en mi caso fue la insistencia de mis padres que les gustaba la música folklórica e hicieron que a mi me acabara gustando así"

Reconoce que tiene como tarea pendiente la composición donde no se ha prodigado tanto. "Composiciones tengo muy poquitas y la verdad es que no me llama. Vosotros tenéis la suerte tener en Ávila Germán Alameda, que lo hace para todos los públicos, con mucho gusto y muy bien. Yo le tengo mucha envidia sana. La verdad es que a mí no me llama mucho componer, pero hay que valer también" concluye Rafa.

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Mientras tanto, sigue mostrando su buen hacer por fiestas tradicionales y escenarios a los que lleva su veteranía y música.