Salud bucodental infantil: hábitos que se deben adquirir desde los dos años
Con Sonrisalud repasamos los problemas que pueden generar los productos más consumidos en estos meses de verano

Salud bucodental infantil: hábitos que se deben adquirir desde los dos años
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Aranda de Duero
Con la llegada del calor, se disparan los helados, refrescos y otros productos azucarados. Esto, unido a una relajación en los hábitos de higiene, puede convertirse en un serio problema para la salud bucodental, especialmente en los más pequeños. Así lo advierte Fernando Gómez, coordinador de Clínicas de Sonrisalud: “Consumimos más azúcar y la limpieza no se puede descuidar”.
Según el especialista, el cuidado dental debe comenzar mucho antes de lo que muchos padres imaginan. “Ya con dos años tienen dientes, y hay que empezar a coger buenos hábitos. Nunca es pronto para que los niños adquieran esta costumbre”, señala Gómez. Además, insiste en que implicar a los menores en el proceso de cepillado, haciéndolo divertido y participativo, contribuye a que no se convierta en una tarea tediosa: “Si lo hacemos con ellos, lo pasan mejor y no se hacen perezosos”.
Primera visita al dentista: antes de los seis años
Desde Sonrisalud recomiendan que la primera visita al dentista se realice alrededor de los seis años, aunque insisten en que el papel de los padres es clave: “El padre o la madre tienen que acompañar a los niños al dentista para que vean que no es traumático”. Normalizar esta experiencia desde pequeños reduce el miedo futuro y facilita el seguimiento de su salud oral.
Prevención: alimentación y limpieza
Pero no se trata solo de cepillarse los dientes tres veces al día. Una alimentación equilibrada es fundamental para prevenir las caries y otros problemas bucodentales. “No solo hay que tener cuidado con limpiarse bien los dientes, sino con adquirir hábitos alimenticios muy saludables”, explica el experto.
Entre los errores más comunes que se cometen en casa, Fernando Gómez destaca uno especialmente preocupante: “Darles a los niños elementos que se meten en la boca y que no hemos limpiado adecuadamente, o compartir con ellos objetos que hemos usado nosotros, como cucharas o cepillos... estamos cometiendo un error muy grande”. Este tipo de prácticas puede favorecer la transmisión de bacterias responsables de caries o infecciones.
La clave, según los expertos, está en la educación. Enseñar desde muy temprano la importancia de cuidar la boca no solo previene problemas a corto plazo, sino que construye una base sólida para una buena salud durante toda la vida. Y, sobre todo, recordar que el verano no es una excusa para bajar la guardia.




