Música, alegría y color en Palencia

Palencia

El festival Palencia Sonora hizo honor a su nombre y hemos tenido la “capi” con música variada y alegría por muchos lugares.

Qué imagen más bonita, qué colorido, camisas hawaianas de todos los tipos y diseños acompañadas de sombreros de paja, gafas estrafalarias y adornos en las cabezas muy variopintos. Pero no sólo he visto eso, he visto reencuentros, abrazos sinceros, camaradería, compartir bebida, bocatas…

Yo he estado en el vermut sonoro por eso sólo puedo hablar de los escenarios que correspondían a esas horas en la Plaza Mayor, donde no podía haber más gente. Plaza de San Miguel, Bar Maño, Calle Mayor... y sin embargo cuando te desplazabas de un lado para otro la gente super amable te cedía el espacio, estaba contenta.

Pregunté a una de mis nietas ¿ahora que habéis acabado los exámenes iréis al Palencia Sonora? y muy sorprendida me dicen: "pero 'abu' si esa música es para padres", y yo me quedo asombrada y con cara de tonta y pienso... pues claro, para ella diez años más es mucho, así que 20 ni te cuento.

En cierto modo tenía razón, había muchos padres o por lo menos personas con edad para serlo. También abuelos que les gusta la música, y todos disfrutando de ella, de la bebida y de los pinchos tan exquisitos de algunos puestos o bares, como debe de ser participar en estos eventos con tanta calidad y que con tanto esfuerzo lo llevan haciendo los organizadores año tras año.

Da gusto ver Palencia con esa animación con ese colorido, con esa alegría, aunque todo hay que decirlo, de vez en cuando, esto muy seguido sería demasiado y perderíamos uno de los encantos de Palencia: la tranquilidad y el sosiego.

Aunque claro, estos festivales son una buena inyección para la economía local, bares, hoteles, tiendas... veías a los hawaianos saliendo de tiendas de todo tipo con sus bolsas de compras.

Eso lo sabremos pasadas las fiestas, si es tan rentable como nosotros suponemos que lo es.

Pero quiero destacar lo que más me llamó la atención: la cordialidad, el ambiente sano, la alegría... estoy hablando del vermut sonoro desde la una hasta las cinco de la tarde, de otras horas no puedo hablar porque no estuve allí.

El tiempo se ha portado muy bien porque muchos temíamos las tormentas que hemos tenido hace poco, pero ¡qué va! En la plaza de San Miguel el calor se hacía notar y era todo un espectáculo cómo se refrescaban con botellas, el agua deslizándose por la cabeza y por todo el cuerpo, ¡qué alivio! Pero de allí nadie se movía, todos queríamos que se alargara aquello.

Acabada la música ya no se podía pasar a la Calle Mayor optamos por la calle Mayor Antigua.

Luego me han contado los amigos que han ido por la tarde y noche al festival, que más de lo mismo, una maravilla.

Así que damos las gracias a los organizadores que logran que esta Palencia Sonora sea reconocida en Palencia y fuera de Palencia con tanto éxito.