El Centro de Salud de Eras del Bosque enseña a alumnos de primaria la importancia de la higiene de manos

Palencia

El equipo de enfermería pediátrica del Centro de Salud Eras del Bosque en Palencia ha organizado unas jornadas de Educación para la Salud que tienen como objetivo transmitir a los más pequeños la importancia de una buena higiene de manos. La actividad se desarrolla en 3 jornadas los días 10, 12 y 13 de junio, en las que el centro recibe a alumnos de 1º de primaria del colegio Sofía Tartilán que han aprendido este hábito saludable de la mano de los profesionales sanitarios en un ambiente lúdico.

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Durante la bienvenida los pequeños han recibido una charla por parte de la enfermera de pediatría Marisol González, quien les ha explicado cuáles son los momentos y circunstancias fundamentales del día en los que hay que prestar especial atención al lavado de manos y cuáles son los beneficios de este hábito. A continuación los alumnos han leído un poema que previamente habían trabajado en el aula sobre cómo lavarse las manos y después han puesto a prueba sus conocimientos con un juego de "verdadero o falso". Además los profesionales del centro han enseñado a los niños la técnica más adecuada con una clase práctica en la que todos los participantes han lavado sus manos siguiendo indicaciones sobre los pasos y el tiempo necesarios para una higiene correcta.

Esta actividad de educación comunitaria pretende además recordar a los escolares, que el centro de salud no solo es útil para ellos cuando se encuentran enfermos o tienen que curar una herida, sino que también es un lugar donde aprender sobre prevención y promoción de la salud. El equipo que organiza las jornadas considera fundamental que estos conocimientos se adquieran a una temprana edad en la que se fijan con más facilidad los hábitos saludables y al mismo tiempo lamentan que el trabajo que se hizo con toda la población respecto al lavado de manos durante la pandemia del coronavirus, se ha diluido con el tiempo. Por todo ello hoy les han recordado que este pequeño gesto es la mejor forma de frenar la transmisión de virus y bacterias y, en consecuencia, de evitar muchas enfermedades infecto-contagiosas.