El verano se adelanta con un aviso amarillo por altas temperaturas en Valladolid

Valladolid

Dice el Instituto Geográfico Nacional que el verano no empezará oficialmente hasta las 4:42 de la madrugada del sábado. Pero el pronóstico meteorológico asegura que las nueva estación llega con adelanto. Ya hemos tenido algunos aperitivos con noches calurosas durante la semana pasada y alguna jornada con temperaturas altas. Algo que se repetirá en los próximos días.

La previsión que maneja la AEMET para Valladolid dibuja un panorama con máximas por encima de 35º. Las mínimas van a subir algo pero se espera que al menos hasta el miércoles sean agradables durante la noche y al amanecer. Eso sí, el sol apretará y el mercurio subirá deprisa.

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Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, los efectos del calor sobre la salud humana se hacen cada vez más evidentes. Más allá de la incomodidad térmica, el calor extremo puede desencadenar una serie de problemas físicos que afectan especialmente a los grupos más vulnerables: personas mayores, niños y quienes padecen enfermedades crónicas.

Uno de los efectos más comunes es la aparición de cefaleas inducidas por el calor, que pueden surgir como consecuencia de una insolación o del agotamiento térmico. Estos dolores de cabeza suelen ir acompañados de síntomas como náuseas, visión borrosa, fatiga, sudoración excesiva, calambres musculares e incluso hipotensión

Los expertos advierten que estos síntomas no deben tomarse a la ligera. La exposición prolongada a altas temperaturas puede derivar en cuadros más graves como el golpe de calor, una emergencia médica que requiere atención inmediata. Además, el calor puede agravar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, y afectar la salud mental al alterar el sueño y aumentar la irritabilidad.

Ante esta situación, las autoridades sanitarias recomiendan mantenerse hidratado, evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día, vestir ropa ligera y permanecer en lugares frescos. También es fundamental prestar atención a los signos de alerta en personas mayores o dependientes, quienes pueden no manifestar los síntomas de forma evidente.

En un contexto de cambio climático, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, la prevención y la concienciación ciudadana se convierten en herramientas clave para proteger la salud pública.