Una hora y trece minutos de decepción

Con 36 grados de temperatura salía Galocho a la puerta del toril. Ni siquiera entonces ha mostrado demasiado interés en emprender el recorrido el astado que, a pesar del empeño de los corredores, colaboradores y director del festejo, se ha mostrado renuente a avanzar por las primeras calles del centro de Benavente. Ni en la Cuesta del Toril, donde se paró y ni siquiera hizo intención de empitonar a un joven caído a su lado, ni en el Matadero, donde las carreras siempre son rápidas una vez que el toro se introduce en la almendra de la ciudad, consiguieron animar una tarde que ya se estaba volviendo plomiza. Le costó entrar en la Plaza Mayor, haciendo sufrir a quienes esperaban un paso rápido del toro agarrados a las rejas de las ventanas y ya en la Rúa fue ganando metros a paso corto y tras el capote del director de lidia. Ya entonces, cuando el toro llevaba alrededor de 45 minutos en la calle y apenas había superado los 500 metros del recorrido, los responsables municipales decidieron ir en busca del astado con el cajón, que acabaron colocando en la calle Herreros y, una vez enlazado el animal con la maroma preparada al efecto, lo han acabado introduciendo en Santa María.

La de la tarde del miércoles ha sido una carrera extraña, la más corta que se recuerda (en este siglo, tan solo Filibustero y Manzanero, en los años 2006 y 2008 se quedaron en la primera parte del recorrido, y ambos llegaron al menos hasta la plaza de la Madera) y su desenlace ha provocado numerosos pitidos y quejas entre los benaventanos que han criticado la elección del concejal de fiestas y la alcaldesa, que han intentado justificar el fiasco en el calor y la presión de los corredores.

Si algo en positivo puede destacarse de la carrera de Galocho, el enmaromado de este 2025, ha sido el abundante público presente en la ciudad y la ausencia de heridas por asta de toro. Tan solo una mujer ha tenido que ser trasladada a un centro hospitalario en León tras ser atendida en primera instancia en el hospital de campaña ubicado en el colegio de las Eras tras caer de una talanquera.

Una tarde decepcionante, y un toro que no ha querido cumplir los anhelos de quienes confiaban en este toro de Victorino Martín. Y es que el de Albaserrada al final ha cumplido con su encaste y ha sido el que ha decidido en todo momento su suerte.