Helga, una joven artista de gran talento que transforma las emociones en canciones

Aranda de Duero

Una joven, de apariencia tímida, entra en los estudios de la SER de Aranda. Con su guitarra en brazos, empieza la entrevista exprensándose en el idioma que mejor maneja y con el que se siente más cómoda, la música. Con los primeros acordes ya capta tu atención. Cuando su voz acompaña a la guitarra, te desarma. Más que querer preguntarle deseas pedirle una segunda canción y una tercera. Con tan solo 19 años, Helga se abre paso en el mundo de la música desde una sensibilidad poco común. Catalana de nacimiento, pero con profundas raíces en Pardilla, la artista ha encontrado en la música una vía natural para expresar lo que las palabras no siempre alcanzan. “Desde muy niña he sentido algo por la música”, confiesa. Pero fue durante el confinamiento, en ese silencio obligado que trajo la pandemia, cuando Helga decidió lanzarse. “Vi una serie de una chica que cantaba… y me lancé. Me di cuenta de que me encantaba escribir canciones”.

Sus veranos en Pardilla, junto a su abuela y su familia, están marcados por el ambiente familiar y los amigos del pueblo. Ese entorno rural, íntimo y cercano, dejó huella en su identidad. “El ambiente familiar y los amigos del verano” son un recuerdo constante que sigue alimentando su inspiración. Y aunque ahora vive en Cataluña, Pardilla sigue latiendo en su forma de ver el mundo, y probablemente, también en sus letras.

Su música es su altavoz emocional

Helga se define como una persona tímida, y quizá por eso su música actúa como un altavoz emocional. “Soy muy dramática”, dice con una sonrisa que no esconde verdad. “El desamor es lo más sencillo para escribir canciones. Aunque ahora voy creciendo y experimentando más cosas…”. Su honestidad juvenil desarma. Está aún en plena construcción de sí misma, y lo sabe.

Mientras estudia música, también trabaja para costear su primer gran proyecto artístico: un álbum de diez temas, cinco de los cuales nacieron cuando tenía apenas 17 años. “Eran letras más inocentes, pero forman parte de mí”. Entre el ukelele, la guitarra y el piano —instrumentos que aprendió en gran parte de forma autodidacta—, Helga ha ido moldeando su estilo. Hoy perfecciona su técnica de forma académica, sin perder esa frescura original que cautiva.

En noviembre de 2024, su talento llamó la atención de la mutua de seguros MGC, que le encargó componer un tema para una campaña publicitaria en Cataluña. La canción, que pronto se emitirá en castellano a nivel nacional, transmite esperanza y calidez. “Quería que tuviera esa sensación de hogar, incluso si no estás en tu propia casa. Es eso de yo contigo y tú conmigo”, explica Helga.

Helga tiene clara su hoja de ruta: seguir formándose, dar más conciertos y reunir los recursos necesarios para lanzar su primer disco. “Soy muy exigente. Quiero ampliar el número de conciertos y avanzar con mis temas”, afirma con determinación.

Ampliar

Cerrar

Su padre, Luis Cortinas, la describe con una frase que parece contener toda su esencia: “pura sensibilidad”. Desde pequeña mostró dotes artísticas, primero con el dibujo y luego con la música. “Después de la pandemia nos dijo que quería estudiar Artes Escénicas y fue un shock. Pensamos que se le pasaría, pero en Refugi de Músics, el centro donde estuvo, nos dijeron que tenía algo muy especial. Y decidimos apoyarla”.

El sueño de la Plaza del Trigo

Como tantos jóvenes artistas de la Ribera del Duero, Helga sueña con subirse algún día al escenario de la Plaza del Trigo, durante el mítico Sonorama Ribera. Hace poco estuvo en Aranda, dejó sus temas en el café Central, incluso preguntó por Javier Ajenjo, director del festival. “No estaba… y se me olvidó dejarle mi contacto pero tiene mi música”, cuenta entre risas, aún con esa inocencia que conserva quien aún está descubriendo las complejidades —y las magias— del mundo de la música. Javier Ajenjo ya tiene su contacto. Helga está en camino. Y promete no dejar de emocionar.