Veranos que dejan huella: los campamentos de Carcajada llevan la diversión a trece pueblos
Mientras las pantallas se convierten en refugio de niños y niñas tras el curso escolar, hay quienes descubren que el verano aún puede ser una aventura real y Carcajada lo hace posible.

Carcajada extiende por toda la Ribera sus campamentos infantiles de verano
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Aranda de Duero/Ribera del Duero
Hay veranos que se olvidan y veranos que se recuerdan toda la vida. Los segundos, casi siempre, tienen algo en común: amigos nuevos, juegos en grupo, carreras bajo el sol, baños imprevistos, una risa compartida... En resumen, una experiencia que va más allá del calor y las vacaciones. Eso es, precisamente, lo que Carcajada lleva ofreciendo desde hace años a cientos de niños y niñas en la comarca: campamentos que no son solo actividades, sino pequeños capítulos de vida.
Este verano, Carcajada vuelve con más fuerza que nunca, llegando a 13 localidades: Aranda de Duero, Gumiel de Izán, Roa, Moradillo de Roa, Baños de Valdearados, Castrillo de la Vega, Fuentecén, Quemada, Vadocondes, La Aguilera, Hoyales de Roa y Peñafiel. Un despliegue que convierte a esta empresa en uno de los grandes referentes del verano rural en la Ribera del Duero.
Mucho más que campamentos
Al frente de este proyecto está Álvaro Casbestrero, quien lidera un equipo de más de 40 monitores comprometidos con una idea clara: los niños necesitan mucho más que tiempo libre, necesitan experiencias compartidas, risas, movimiento, descubrimiento. Necesitan jugar, moverse, imaginar. Y necesitan hacerlo en compañía de otros de su edad, lejos del sofá, del móvil, del aburrimiento digital.
Porque si bien los tiempos han cambiado, la esencia del verano de campamento sigue siendo la misma que muchos adultos recuerdan con nostalgia: aquella ilusión al hacer el primer amigo, al superar una prueba en equipo o al terminar la clásica gymkana empapado y feliz. Esos recuerdos que aún perduran en quienes vivieron las colonias de los 80 o los 90, y que ahora quieren que sus hijos también tengan la oportunidad de vivir.
Diversión segura y educación en valores
La propuesta de Carcajada va más allá de entretener. Apuesta por un enfoque educativo donde la convivencia, el respeto, la cooperación y la autonomía son tan importantes como el juego. Las familias lo saben y confían plenamente en el equipo humano, que trabaja desde la seguridad, la empatía y la dedicación total.
“Los niños no solo se lo pasan bien, también aprenden a relacionarse, a resolver pequeños conflictos, a participar, a esperar su turno, a disfrutar sin pantallas. Es una educación emocional en movimiento”, explican desde la organización.
El programa incluye desde actividades tradicionales como juegos de agua, talleres creativos, pruebas cooperativas y nuevas dinámicas adaptadas a cada grupo de edad. Está dirigido a niños y niñas nacidos entre 2012 y 2021, y el horario —de 7:45 a 14:30 horas— ofrece distintas franjas de entrada y salida para facilitar la conciliación familiar.
Un verano para recordar
En un entorno donde la oferta de ocio infantil se concentra a menudo en lo digital, estos campamentos son una oportunidad real de reconectar con la naturaleza, con otros niños, y con la experiencia viva del verano. Lo que antes llamábamos “colonias” y que hoy, adaptado a los tiempos, sigue teniendo la misma esencia: hacer del verano una aventura inolvidable.
Carcajada no solo entretiene: construye recuerdos. De esos que, con los años, aún nos hacen sonreír al recordarlos.




