Mitad de mandato, final de la nada y ¿cambio de ciclo?

Palencia

El mandato municipal ha llegado a su ecuador. Nada nuevo en los argumentarios de los partidos, así que no me extenderé sobre lo obvio. El Equipo de Gobierno, recordando las trampas, ciertas y probadas, que le dejaron en los cajones los doce años del PP, además de quejarse del poco apoyo de ajenos y propios; la de extrema derecha, ya no representa nada, los que iban, tienen período de caducidad, el de más a la izquierda, que sigue sin ver que 10+1 no son 13. Y el PP que dice que le queda menos para volver… pues como sea para lo mismo…

El Gobierno de Castilla y León avanza inerte hacia el fin de mandato; lastrándonos como sociedad, más según nuestra vida va dependiendo de la Junta con (in)competencias exclusivas en la gestión de la sanidad, la educación o los servicios sociales. Aquí, la campaña la tienen hecha: prometer, otra vez, un hospital que no veremos ni en el próximo mandato, inaugurar el hormigón de la unidad de radioterapia o las mismas viviendas en Aguilar. Lo nacional, acarreará votos, aunque insuficientes para no tener que abrir el vientre, otra vez, a la extrema derecha. Triste sino nos espera.

Durante siete años, todo el que ha podido hacer contra el Gobierno de Pedro Sánchez, lo viene haciendo, con más ímpetu y resolución desde que Aznar, vista la derrota electoral, dio la orden pública a jueces, medios y seudomedios afines, acusaciones particulares de extrema derecha pero con abogados relacionados con el PP…. Con lo que no se contaba era con que el rejón de muerte iba venir desde dentro del PSOE. Cada vez que se gobierna, el partido desaparece. Las primarias, con todas sus bondades democráticas, han traído hiperliderazgos, cuasi monárquicos, sin contrapesos internos, las críticas de los de siempre y desde el pasado de jarrón chino fortalecen al líder aupado por las bases, así hasta cuando las soluciones ya llegan tarde y solo pueden ser traumáticas.

Los apoyos del Gobierno lo quieren con respiración asistida hasta el final pues un adelanto electoral ahora sólo tiene una posibilidad, Presidente Feijoo y Vicepresidente Abascal.

Si se quiere evitar un cambio de ciclo, que daría inicio a un ciclo de cambio negativo, con políticas económicas, sociales, fiscales, de pensiones y laborales contrarias a la mayoría social, además de una agenda extrema contra los derechos de la mujer, los inmigrantes y las minorías; con Feijoo, sujeto a los grilletes de VOX, Sánchez ha de hacerse a un lado para preservar al partido, para mantener los derechos recuperados en estos años. Hay que recuperar la confianza y preservar la democracia.

En dos años hay tiempo, pero, solo si se producen, y todos, una serie de acontecimientos. Primero, pacto de las fuerzas que apoyaron la investidura, con un programa muy definido, sin promesas de imposible cumplimiento por un Parlamento que no tiene mayoría progresista, para elegir una nueva persona que encabece un Gobierno que asiente lo existente y remate lo pendiente.

Segundo, recomposición de las opciones a la izquierda del PSOE. Sumar ya no existe y resta; Podemos dirigido desde las ensoñaciones de la Taberna Garibaldi, creyendo que se abre una nueva ventana de oportunidad, para asaltar unos cielos, ahora más verdosos que morados, jode más que puede a los que dice representar. Tienen que desaparecer ambos, cuanto antes, y, a partir de la modestia y el altruismo de Maíllo, líder de IU, construir un frente amplio, sin egos y sin pasado.

Y, por último, para acabar con una corrupción que es endémica y que se inicia en las empresas que aspiran a contratos públicos, las corruptoras han de ser perseguidas y excluidas de la contratación pública. Sin corruptores, no hay corruptos.

Sólo así será posible evitar el cambio de ciclo.